54; PELDAÑOS DE PIEDRA

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PELDAÑOS DE PIEDRA

—¿Extrañas tenerlos a tu alrededor peleando por quien se sentará en tus piernas?

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—¿Extrañas tenerlos a tu alrededor peleando por quien se sentará en tus piernas?

Rhaella levantó la cabeza para ver a sus padres. Los tres estaban sentados en una mesa en medio del campo donde descansaban los dragones, habían decidido tomar una merienda al aire libre para que Aerys y Aemma convivieran con los dragones. Daemon tenía la mirada puesta en sus hijos que guiaban al menor de todos entre los dragones, al escuchar a su esposa no pudo evitar sonreír. Sus ojos fueron hasta Rhaella que ya lo estaba mirando con Aemma sentada en sus piernas balbuceando mientras movía un dragón de madera sobre la mesa.

—Me gusta la paz, pero no voy a negar que si extraño cuando lo más interesante para ellos era trepar a su padre como si fuese un árbol.

Cerys sonrió y miró a sus hijos acercarse a Drakon, el dragón rojo chilló y los dejó acercarse sin protestas, muy al contrario de Vhagar, Caníbal y Caraxes que gruñían cuando intentaban acercarse.

—Mamá—Rhaella llamó—, nunca nos contaste cómo tú y papá se juntaron.

—¿Por qué la curiosidad ahora?—Daemon miró a su hija.

—Escuché a un par de sirvientes hablar sobre como Mamá había huido de la fortaleza cuando era muy joven—Cerys miró a Dhagara descansando cerca de ellos—, dijeron que regresaste con tres dragones y dos hijos.

—No les dije porque no quería que cometieran los mismos errores que yo—madre e hija se miraron—, cuando escape solo pensaba en encontrar a Vhagar y cumplir una promesa, era sencillo hasta que tu padre apareció sin ser invitado.

—Desapareciste sin dejar rastro, estaba preocupado—Daemon se recostó en el respaldar de la silla—y Laenor no era exactamente de mucha ayuda con su emoción por tu huida.

—¿Fue un error?—Rhaella preguntó en un susurro inclinándose hacia ellos. —Tener a Viserys y Aiyana, ¿Fue un error?

—Lo fue—los ojos de Cerys buscaron a sus hijos mayores—, pero no me arrepiento, fueron el mejor regalo que pude haber recibido.

—Debes aprovechar cada segundo ahora que Aemma está en esa etapa, los niños crecen muy rápido—Daemon estiró su mano acariciando la mejilla de la niña.

Aemma llevó sus ojos a su abuelo y sonrió con felicidad haciendo que ellos también sonrieran. Más allá de ellos el resto de sus hijos aún estaba con Drakon que apreciaba cada una de las caricias que recibía, o al menos hasta que Vermithor se levantó sacudiendo la tierra bajo su peso, el enorme dragón sacudió sus alas y se giró llamando la atención del dragón más joven. Sunflare chillo aterrizando tras su usual vuelo por la isla, Hellfyre y Moonax venían con él y Aerys vio con ojos brillantes como los tres dragones aterrizaron siendo recibidos por los otros dragones de sus hermanos, menos Caníbal claro. Vermithor se alejó de los dragones más jóvenes y se movió hasta estar cerca de la mesa donde estaba su jinete.

burning fire. (daemon targaryen)Where stories live. Discover now