❝Bruning.❞
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-ˏˋ En donde Cerys hará todo lo que sea necesario para que su hermana se siente en el trono de hierro, aún si eso significa destruir a su propia familia. ˎˊ˗
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El día después de tomar la decisión sobre su regreso a King's Landing, la flota de los Velaryon llegó a la costa del pueblo en el que se estaba quedando Cerys. El sol aún no había salido lo que brindaba protección extra para mover a los niños sin levantar sospechas. Corlys Velaryon y su hermano fueron los que recibieron a los niños en la costa, Laenor se había adelantado a Driftmark para hablar con su madre y su hermana sobre lo que estaba sucediendo. Haizea estaba con ellos, la mujer parecía nerviosa y Cerys no la culpaba, era su primer viaje en barco y tendría que ir con gente que no conocía.
—Haizea, todo estará bien—Cerys intentó calmarla—. Los Velaryon son buena gente.
—Mi princesa, es la primera vez que viajo en barco—la mujer tomó las manos de Cerys—. El mar me aterra más que viajar con gente que no conozco.
—También será el primer viaje en barco de los niños—la peliblanca sonrió forzadamente—, te van a necesitar.
—Están en manos del mejor navegador de todos los reinos—Vaemond Velaryon intervino—, no se preocupe, todo saldrá bien.
Cerys atrajó a Haizea en un brazo para despedirse, detrás de ellos los dragones comenzaron a inquietarse. Daemon, que tenía a Aiyana en brazos, se acercó a las dos con el rostro vacío de cualquier emoción.
—Mi princesa guerrera—Cerys cargo a su hija besándole la mejilla—, te voy a extrañar.
Aiyana dejó un beso en la mejilla de su madre con una sonrisa y Cerys tuvo que pasarla a Haizea antes de arrepentirse. Viserys estaba junto a Corlys viendo el mar, el niño parecía emocionado por lo que sea que el Lord de Driftmark le estaba diciendo y no se dio cuenta de las despedidas.
—No debimos hacer esto—Daemon se puso a su lado viendo como los niños eran subidos al bote.
—Es lo mejor—ella tomó su mano buscando apoyo—, antes de hacer cualquier cosa debo hablar con mi padre.
Ambos se quedaron en la costa viendo como el bote se alejaba, en esos momentos Cerys agradecía que ninguno de sus hijos era tan escandaloso a la hora de separarse de sus padres. Un gruñido fue lo que les hizo quitar la mirada de los barcos, los dos giraron la cabeza para ver lo que estaba pasando y no se sorprendieron al ver a Caraxes básicamente enrollado alrededor de Dhagara.
—Deberíamos irnos, el sol saldrá en cualquier momento—Daemon intentó alejarse.
—¿No quieres volar conmigo?—Cerys tiró de él.
—Por más que Dhagara me toleré, no creo que me deje volar en ella—el príncipe miró a la dragona y después a su sobrina.
—No te estaba pidiendo volar con Dhagara—Cerys sonrío con malicia—, te estoy pidiendo si quieres volar con Vhagar.
