❝Bruning.❞
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-ˏˋ En donde Cerys hará todo lo que sea necesario para que su hermana se siente en el trono de hierro, aún si eso significa destruir a su propia familia. ˎˊ˗
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La guerra en los peldaños de piedra había empeorado, tanto que Cerys no había visto a su primo y su tío en meses. Durante esos meses Viserys no dejaba de preguntar por su padre, cada vez que veía a los dragones volando exclamaba llamándolo, pero al darse cuenta que no era Caraxes se desilusionaba y rompía en llanto, llanto que era seguido por el de Aiyana que al parecer no toleraba escuchar a su hermano llorar. En esos momentos Haizea y ella tenían que hacer malabares con los niños para que dejaran de llorar, le tomó un tiempo descubrir cómo detener las lágrimas, pero un día que Viserys no parecía encontrar consuelo Cerys recurrió a sus dragones y así descubrió que llevar a su hijo mayor a volar lo calmaba. Todo un Targaryen, había dicho Haizea cuando los vió descender del lomo de Dhagara.
Recién habían celebrado el segundo año de vida de Aiyana, un mes antes habían celebrado el tercero de Viserys, los dos sin la presencia de su padre. La ausencia de Daemon estaba comenzando a molestar a la peliblanca que más de una vez se preguntaba si era momento de regresar a King's Landing. Sabía que su padre la recibiría con brazos abiertos, incluso con sus hijos, y Rhaenyra estaría contenta de saber que era tía. Sin embargo, también sabía que sus hijos serían señalados por todos, llamados bastardos y condenados por el resto de sus vidas. Ver los ojos violetas que la miraban con entusiasmo cuando descubrían algo nuevo eliminaba todo pensamiento de King's Landing, si regresaba no se iba a contener de ir contra los que insultaran a sus hijos y eso podría causar una guerra que nadie quería.
—¡Mi princesa!—Haizae gritó desde la cima de la colina.
Tanto Cerys como los niños y los dragones giraron sus cabezas en dirección de la mujer que descendía la colina con prisa.
—Mi princesa, algo ha sucedido—la mujer estaba sudada y su respiración era irregular por haber corrido—. Escuché rumores sobre la guerra en los peldaños de piedra.
—¿Rumores?—el estómago de Cerys dio un vuelco.
¿Le habría pasado algo a Daemon? ¿O a Laenor? Con tan solo pensarlo sentía que iba a morir.
—Dicen que las cosas están mal, no sé cuan cierto sea, pero algunos estaban hablando de cómo el príncipe estaba perdiendo la guerra—explicó rápidamente.
—¿Nada sobre el estado de Daemon o Laenor?—la mujer negó con la cabeza.
—Pero también escuche rumores sobre la princesa Rhaenyra y su padre, el rey—la mención de su hermana y su padre le hicieron contener la respiración—. Al parecer la princesa está en Dragonstone, en busca de un compromiso, y el rey dio un anuncio al pueblo.
—¿Qué anuncio?—Aiyana se removió en sus brazos.
—El rey Viserys la declaró como muerta—Cerys llevó su mirada a su hijo mayor—, al parecer varios testigos dijeron haber visto a Dhagara y Drakon volar sin un jinete por lo que asumieron lo peor.
