¿Qué pasa si Izuku nunca creció con una familia amorosa? ¿Qué pasa si fue criado por un ex asesino a sueldo y mercenario? Sigue cómo este joven (pero mortal) mercenario regresa a Japón después de muchos años mientras intenta vivir una vida normal qu...
Después de la confrontación, algunas personas intentaron interrogar a Bakugo al respecto, pero él los rechazó, aunque con menos acaloramiento de lo habitual, sorprendiendo a muchos, pero decidieron no insistir en el asunto por el bien de su bienestar.
Las clases se reanudaron con normalidad, con un nuevo programa y un entrenamiento más duro. Tan fuerte que durante el domingo de la primera semana todos los alumnos prefirieron quedarse en sus habitaciones descansando.
En el segundo, lograron adaptarse, y se volvió rutinario discutir quién lavará la ropa, quién lavará los platos y las demás tareas diarias.
Hoy era el tercer domingo, y todos estaban en la sala común disfrutando del fin de semana, algunos jugando con una videoconsola que Bakugo donó (en serio, algunos muchachos estaban considerando que lo cambiaron por otra persona) disfrutando de un té ridículamente caro con Momo, o haciendo algo de tarea.
Toda charla se detuvo cuando vieron a Izuku salir de su habitación.
Esto sorprendió a todos, ya que normalmente pasaba todo el día fuera, desde la mañana hasta la noche. Era la primera vez que lo veían en los dormitorios durante el mediodía. Otra cosa sorprendente fue el atuendo que llevaba puesto.
Ya estaban acostumbrados a él con su ropa formal habitual, con la mierda negra ocasional y los pantalones cargo que usa en el interior, pero esta vez vestía unos jeans, zapatos de cuero, una camisa gris y una chaqueta de cuero marrón oscuro.
De hecho, todo un espectáculo, especialmente para las mujeres, ya que Mina y Toru también tomaron algunas fotos en secreto.
<¡Maldición sensei! ¡Ese atuendo! A dónde vas> silbó Kaminari
<¿Salir... o lo que llamas... una cita?> murmuró pasando junto a ellos.
Con eso, salió del edificio, dejando a todos congelados, tratando de procesar las últimas palabras que dijo su maestro.
Todos parpadearon una vez, parpadearon dos veces y parpadearon por tercera vez. Luego, las palabras de Izuku se asentaron en su cerebro y actuaron como deberían hacerlo todos los futuros héroes profesionales.
Gritando
<¡QUÉ!>
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45 minutos después....
<¡Por qué estamos aquí!> se quejó Shinso, mientras los otros chicos gruñían en acuerdo.
<¡Silencio! ¡No tenías que seguirnos!> dijo Mina
<¡Prácticamente nos arrastraste hasta aquí!>
<¡Shhh!> los reprendió Tokage.
Todos los de la clase 1-A y parte de la 1-B estaban "escondidos" detrás de unos arbustos en un parque, con la intención de espiar/acechar/observar a su profesor junto a una fuente de un popular centro comercial, esperando su supuesta cita.
