Izuku El Vencedor

CAP 4: Entrado en Japon

Amanecía cuando empezó a ver desde el horizonte lo que eran las playas del Parque Municipal de Playas de Takoba. Cuando su barco comenzó a resurgir, se preguntó por décima vez por qué tenía que trabajar, de todos los lugares, en Japón...

Pero claro, la paga era buena, y quería unas pequeñas vacaciones y hacer algo nuevo... todavía enseñar no era una de las nuevas experiencias que quería, pero... ¿quién era él para quejarse?

Aún así, estaba decepcionado por la vista que lo recibió, recordó desde su infancia que la playa de Takoba solía ser un lugar hermoso, impecable, sin una sola mota de polvo... pero ahora, se parecía más a un enorme depósito de basura.

Jurándose a sí mismo hacer que alguien lo limpiara o incluso él mismo, hizo que su barco se acercara al pequeño muelle, en el que rápidamente arrojó su bolsa de equipaje y su mochila. Después de recordarse a sí mismo que no estaba olvidando nada y que su nave estaba en orden, saltó.

Ignorando una mueca producto del horrible hedor que impregnaba el aire, sacó un pequeño control remoto de su bolsillo, y dejó que la nave se pusiera en piloto automático, conduciéndose a diez kilómetros de la playa, activar todos sus sensores de invisibilidad y permanecer bajo el agua hasta que lo llamó en un futuro próximo.

Satisfecho con ello, procedió a abordar el taxi que había llamado con anterioridad, yendo directamente al primer Hotel Intercontinental jamás instalado en suelo japonés. Debido al reinado de un siglo de cierta clase de villano de las SS, el Alto Consejo Internacional o apodado como IHC tuvo problemas para expandir su territorio, y solo porque fue derrotado por All Might pudieron instalar uno de sus asentamientos.

Llevando su equipaje con él, caminó hacia el área de recepción, atrayendo mucho la atención, principalmente por la larga maleta negra que llevaba. Debido a que el suelo japonés se consideraba un territorio nuevo, además de la gran influencia que tenían tanto los héroes como los villanos, el inframundo no ofreció muchos contratos importantes, ya que también tienen una buena cantidad de vigilantes, por lo que para que vean una nueva cara. pavonearse era por falta de mejores palabras.

Un gran problema

"Bienvenido al Intercontinental, señor. ¿En qué puedo ayudarlo?" un gerente lo recibió detrás de un escritorio, vestido con un traje profesional con el logo del hotel internacional clavado en él.

"Deseo alquilar para alquilar una habitación" dijo suavemente, dejando su equipaje en el suelo.

"Por supuesto señor. ¿Por cuánto tiempo?" respondió el gerente profesionalmente, sacando una tableta, que por lo que parece, era una Samsung.

"Un mes, dependiendo del negocio aún más"

"Por supuesto, señor. Solo hágame saber si decide extender su estadía y, por último, ¿su nombre para el alquiler?" el gerente tocó a una velocidad asombrosa

"Slade" dijo sin perder el ritmo mientras deslizaba sobre la mesa tres monedas de plata

Tan pronto como esa palabra salió de su boca, toda actividad a su alrededor cesó en un instante, mientras jadeos y repentinas tomas de aire llenaban la habitación, mientras todos miraban a Slade con los ojos muy abiertos, incluso el gerente mismo. Pero luego, como todo el personal, todos eran profesionales, y en un abrir y cerrar de ojos, todos recuperaron la compostura.

Con la misma discreción que le fueron entregadas, se guardó discretamente las monedas en el bolsillo y le deslizó al mercenario una llave enganchada a una tarjeta.

"Habitación 818. Disfrute su estadía Sr. Slade, es un honor tenerlo aquí" el gerente hizo una reverencia

El mercenario lo recogió en silencio e hizo una reverencia antes de recoger su equipaje y proceder a caminar hacia el ascensor.