La Madre Luna, ese ser superior que enlazaba y trazaba los caminos de los licántropos con la ilusión y fascinación de verlos enredarse y crear nuevos lazos... ¿Nuevos? Lo que la Madre Luna más amaba era volver a reencontrar Destinados.
Varias década...
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JungKook comenzó a comprenderlo poco a poco, llegando a aceptar con facilidad el amor innato de su propio Alfa por el Omega de su superior Jimin. Y debía aceptar algo más, eran destiandos por algo y solo la luna era conocedor de ese gusto que comenzaba a sentir por el lindo rubio.
Hablando con sus nuevos amigos, HyunJin, TaeHyun y Kai, se había dado cuenta de lo mucho me pensaba en Park, de lo mucho que le gustaba verlo cuando sonreía o simplemente hablaba y hablaba sobre datos sobre Aurores y la Luna.
JungKook veía en Jimin algo que él nunca pudo ser. Veía a alguien independiente, fuerte, valiente, inteligente, dedicado, humilde, de corazón de oro y egoísta a su modo. Le gustaba, tres semanas trabajando juntos y a JungKook le gustaba demasiado Park Jimin.
-¿Te ocurre algo? -Preguntó la causa de sus dementes pensamientos a cierta hora de la mañana. Ambos estaban en el despacho y santuario de Jimin trabajando en organizar algunos papeles mientras el Omega releía algunos rezos a la luna en busca de una solución para el pequeño niño huérfano que seguían atendiendo.
-No, nada. -Susurró carraspeando y evitando su mirada de forma incómoda. Jimin decidió creerle, quedándose hijo viendo al Alfa pelinegro que leía algo en los papales pasa después pasarlo a ordenador.
Era guapo, jodidamente guapo, pero lento como una tortuga y eso le estaba desesperando. Jimin no pretendía conocer a sus destinado, enlazarse y tener cachorros al instante; pero era inevitable que su lobo sí lo quisiera con ahínco. Además, después de tres semanas de conocerse no había habido ni un pizca de interacción más allá de la profesional, ni si quiera le había pedido su número o invitado a tomar un café... eso le estaba matando.
-Oye Jeon. -Capto de nuevo su atención, este le murmuró para que supiera que le escuchaba. -Tengo una pregunta algo personal que hacerte. -JungKook dejó de ver al ordenador para verlo a él, lucía nervioso y Jimin quiso abrazarlo con fuerza. Mas sería en otro momento, había una duda crucial en él por culpa de sus inseguridades al ser este tan despejado a él aún sabiendo que sus lobos se reconocían. -¿Tienes pareja o algo así? -JungKook abrió sus ojos con sorpresa y negó con rapidez.
-¿Por qué preguntas eso? -Cuestionó viendo el sonrojo subir por las mejillas mullidas del rubio.
-Sé que yo también puedo hacerlo, pero soy muy vergonzoso. -Esa simple declaración fue más que obvia en intenciones para Jeon. Su corazón que gustaba del Omega latió con ilusión y su lobo se removió ansioso en su pecho.
-Jimin. -El rubio lo miró atento mientras se acercaba, era la primera vez que le llamaba por su nombre y no por su apellido al ser su superior como educación. -Me gustas. -Dijo sin más, acuclillandose entre las piernas del contrario y reposando sus grandes manos cálidas sobre sus rodillas para tener firmeza. -Y no hablo solo de que a mie lobo el tuyo lo tiene loco. -Negó con una sonrisa ladeada, Jimin copió su gesto nervioso. -Me gusta mucho lo listo, atento, lindo y agradable que eres.
-Yo... -Murmuró tomando valor, dejando que sus manitas se posaran sobre las contrarias, la diferencia de tamaño entre unas y otras les hico sonreír más amplio a ambos. -Tú también me gustas, el humano JungKook me gusta.
-¿Yo? -Cuestionó JungKook sorprendido, una oleada de alegría recorrió su cuerpo. Pero como siempre, las inseguridades y miedos abordaron más rápido y fuerte su ser. -¿Por qué yo te iba a gustar? -Chistó con burla sobre sí mismo. -No tengo nada especial, soy aburrido, serio y mi inteligencia no llega ni a un cuarto de la tuya. -Sus grandes manos abandonado las más pequeñas, dejando que de nuevo el frío solitario rodeada a Park. -Sin embargo tú eres divertido, alegre y... -El dedo pulgar e índice de Jimin apretaron entre ellos la nariz de JungKook hasta hacerlo quejarse levemente, al elevar de nuevo la vista de encontró con una gran sonrisa del rubio que mandó corrientes eléctricas a todo su sistema.
-Kookie, eres divertido con tu humor irónico, sonriente cuando realmente acontece y te sientes feliz y, por la luna, eres muy inteligente. -Sostuvo su marcada mandíbula dando caricias a sus mejillas. -Eres lo más especial que tengo, eres mi futuro Alfa. ¿Entiendes eso?
El pobre de JungKook, conmovido por sus palabras, solo pudo atinar a asentir y dejarse guiar por el contrario cuando se puso en pie y le ayudó a hacerlo a él también. El pequeño cuerpo de Jimin de pegó al suyo en un abrazo, su cuerpo completamente rodeado y apretado con fuerza. JungKook le devolvió el gesto, aspirando su aroma natural de gomitas de fresa y algodón de azúcar. Sus lobos ronroneando cómodos con esa cercanía, ellos relajados ante el innato sentimiento de ser realmente comprendidos y conocidos por alguien.
