La Madre Luna, ese ser superior que enlazaba y trazaba los caminos de los licántropos con la ilusión y fascinación de verlos enredarse y crear nuevos lazos... ¿Nuevos? Lo que la Madre Luna más amaba era volver a reencontrar Destinados.
Varias década...
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La magia de la Madre Luna estaba floreciendo, la caricia de un manto suave cual seda tocando cada fibra de sus pieles descubiertas o tapadas, el escalofrío que llegó desde la punta de sus cabellos hasta las uñas de sus pies, el vuelco del estómago que parecía una reversa, sus pulmones extendidos aspirando los deliciosos aromas contrarios y sus corazones decididos a bombear sangre largo y tendido por sus cuerpos y dejando que sus lobos aullaran alto y claro.
Bueno, realmente ningún lobo fue capaz de hacerlo, solo abrieron sus hocicos dispuestos a hacerlo cuando dos nuevas presencias irrumpieron en la sala de juntas. Dos Omegas, ambos rubios, entraron chocando entre sí de cierta forma cómica. Los hermanos Min siempre eran así, distraídos y despistados, peleando entre ellos pero sintiéndose los únicos con la autoridad de levantar la voz al contrario. Era la típica elación e hermanos que parecía toxica o desganada desde fuera, pero era íntima y correcta desde la cercanía.
-¡¿Puedes por una maldita vez en tu vida ver por donde pones tus mierda de tacones enana del demonio?!- Exclamó YoonGi, el que era el mayor de los hermanos, a la rubia.
-¡Oh, perdón torre de marfil! ¡Casi olvido que mides dos metros! -Le rebatió con tono sarcástico JiWon, que era la menor por dos años.
-¡Eres una niña que olvida el respeto a sus mayores! -Agarró de la oreja a la Omega haciéndola gritar del dolor, mas Jiwon le devolvió el agarre del mismo modo.
-¡Perdón por olvidar tu edad hijo de Tutacancamon! -JeongIn no pudo evitar soltar una gran carcajada, una risa que rompió la neblina de asombro y curiosidad de HyuJin.
El Alfa rubio de cabello largo sintió el tiempo detenerse mientras observaba sonrojarse por la risa, esas mejillas pálidas colorearas y ensanchadas para dejar ver un sonrisa amplia de boca abierta mientras melodías salían de ella, esos ojos pequeños y rasgados casi nulos por la espesura de sus pestañas.
-¡Min! -El reclamo en forma de llamado de apellido de ambos hermanos vino desde dos voces distintas. Jimin había llamado a YoonGi, su viejo compañero de clase con el que se graduó y que obtuvo la segunda mejor nota, pro debajo de él mismo, de su generación. BeomGyu llamaba a su amiga con la cual había coincidido hacía un par de años cuando abrieron la escuela, JiWon fue la primera persona que contrataron al abrir. Ambos hermanos parecieron mantener una conversación, basada en insultos, viéndose fijo a los ojos antes de soltarse.
-Perdón, disculpen. -Dijeron haciendo varias reverencias a los Alfas. Estos les devolvieron el gesto.
-Empecemos la reunión antes de que me de un ataque, por favor. -Pidió BeomGyu tomando asiento al inicio de la gran mesa. Jimin tomó asiento a su izquierda y JeongIn a su derecha, los otros dos Omegas en pie y los Alfas al otro extremo de la sala.
-Iniciaré diciendo algo sencillo sobre nuestra escuela y empresa. -Informó Jimin viendo a los cuatro Alfas a la vez, deteniéndose unos segundos de más en el Alfa pelinegro de facciones masculinas y más adultas que el resto. -Este lugar, "Eternos", es la escuela privada para Aurores más solicitada, eficiente y comprometida actual del país. -Los cuatro Alfas se removieron incómodos pero prestando atención a la mirada filosa del Omega rubio que demostraba en ese instante tener la mente fría y clara. -Este título, estos galardones y estas referencias no son otorgadas por nadie más que los clientes satisfechos tanto de la zona donde se ejerce nuestra profesión como de los que fueron atendidos por nuestros estudiantes graduados.
-Lo que mi compañero quiere decir. -Carraspeó BeomGyu tomando la palabra. -Es que no vamos a permitir ni una mísera falla, ni una mala palabra a nuestros estudiantes, compañeros, profesionales o clientes, no queremos ni podemos permitirnos errores. -La mirada tan decidida, el tono ahogado de la voz del Omega de cabello largo azabache intimidó sin pretenderlo a los ALfas. Sin duda, ese era el jefe más autoritario y escalofriante que habían visto en su vida.
-Aquí no importa su rango. -Siguió JeongIn arreglando la corbata de su traje que se había movido ante sus carcajadas pasadas. Las facciones aniñadas que había mostrado segundos atrás se habían desvanecido bajo un manto de madurez y decisión. -Sus superiores seremos uno de nosotros tres, sus jefes somos nosotros tres. -Se señaló a él mismo, a Jimin y BeomGyu viéndolos uno tras otro. Con un profundo respirar añadió una última cosa, algo que quiso fuera claro tan solo para el Alfa rubio de cabello largo y que sin pretenderlo también fue para el resto de los Alfas. -No importa quienes sean, aquí se ganarán su trabajo, nuestro respeto y admiración empezando siendo unos don nadie y lo digo, porque nuestros sentimientos no influencian en nuestra forma de razonar.
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Nota: pequeño maratón para poder iniciar con esta historia 👏🏼👏🏼👏🏼 sé que no son los mejores capítulos pero son necesarios para ir conociendo la trama y a los personajes
