Capítulo Cincuenta y nueve:

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Capítulo Cincuenta y nueve: No título.

Lucas:

—¡Lucas, ella se va! —grita, Lucrecia, tirándome ropa para la cama—. ¡Aféitate o no te va a conocer!

Ya no sé de qué forma decirle que no voy a buscar a Dione.

Durante todo el mes que pasó yo me he encargado de echarme a morir y de tener claro que nunca más voy a saber de la chica de los hermosos ojos verdes. Creo que esto fue más doloroso que he hecho desde que la dejé sola en la cama del hospital.

Aquella vez fue porque necesitaba sanar, esta porque ella me lastimó y quien tiene que curar soy yo.

En este mes he peleado más que nunca, la mayoría de las batallas son conmigo mismo. No voy a negar que en más de una oportunidad quise buscarla y decirle que me dolía, que de verdad había logrado lastimarme en lo más profundo de mi alma, pero me contenía. De tantos sujetos tuvo que elegir a Jairo Manson.

Supe que Jairo había matado a su hermana de tiempo atrás, su rostro salió en las noticias y todos en la capital hablaban del juicio del momento además de que cuando supe que entraría gente nueva a la escuela me tomé el tiempo de investigarlo. Quizás Dione no lo supiera en ese entonces. La hermanita menor de Jairo era una niña con autismo a la que todos en la casa Manson adoraban, sin embargo, el que tenía un mayor apego con ella era el propio Jairo. Todo el mundo comentaba que quería mantenerla encerrada en una burbuja en la infancia y que ni siquiera le permitía tomar el sol.

Sus padres pensaban que era cosa de muchachos y no le tomaron importancia. Tampoco lo hicieron cuando la niña —a la edad de doce años— dijo que su hermano mayor se le había tirado encima y que ahora tenía sangre entre sus piernas. ¡Joder! ¡De solo pensarlo el asco me recorre completo! Imagino que nadie quería ver más allá y la “niña” ya estaba en edad de su primera menstruación.

Las cosas tomaron otro cariz cuando la chica entró a una escuela especial en la que comenzó a tener amigos, o bueno, personas a fines con ella. No tenía un grado de autismo muy profundo —según supe— así que un poquito se relacionaba. A Jairo esto lo sacó de sus casillas hasta el punto en el que sucedió algo que nadie se esperaba: la chica se suicidó.

Los progenitores estaban devastados y para qué hablar de Noel Manson. Por suerte a la madre se le ocurrió la idea de realizarle una autopsia. Los resultados arrojados fueron espantosos. La muchacha no solo había sido violada antes, sino también golpeada. Tomaron pruebas del semen que se encontraba en la vagina de ella y cuando hicieron las pruebas su familia se espantó.

Había sido Jairo.

Él lo negaba hasta el cansancio, pero la fiscalía se encargó de iniciar un proceso en su contra.

Supe que la madre no pudo ni testificar porque fue internada en un sanatorio y su padre tampoco podía soportar la idea de que su hijo fuera un asqueroso violar. Así pues, con una prueba en mano y con todas las de la ley para ir encerrado de por vida, el señor Manson pagó una millonada solo para que lo enviaran una correccional —también Jairo era menor de edad en ese entonces—. Ahí estuvo hasta que las cosas se enfriaron y lo sacó para esta escuela.

Él siempre niega lo que hizo, pero todas las pruebas están ahí.

Cuando mi amistad con Dione comenzó, yo quería advertirla, le dije muchas veces que era peligroso ya que si fue capaz de atacar a su propia hermana qué quedaría para una chica inocente. Ella no me escuchó, solo se le tupió la cabeza y creyó en su palabrería. Logré alejarlos, me costó, pero conseguí que no la lastimara.

¡O eso pensé!

Ella solita se arrojó a las garras de un violador asqueroso.

Lo hizo para herirme y lo obtuvo ya que, para cuando sucedieron los acontecimientos, Dione se había vuelto algo tan importante en mi vida que si le sucedía lo más mínimo me iba a desgarrar desde el alma hasta la piel. Se lastimó para joderme a mí. ¡De todos los hombres en la faz de la tierra tuvo que salir con el más tóxico y nocivo!

Estrías para tu belleza  [✓] Where stories live. Discover now