Capítulo Veintiuno:

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Capítulo Veintiuno: Verdades.

Dione:

La noche está más fría que de costumbre, por eso estoy temblando como una hoja.

No, no es por eso.

Estoy tiritando porque tengo pánico de lo que está por suceder. Porque estoy dentro de un auto de renta con Jairo yendo para Black Bridge. Mi memoria se empeñó en guardar el camino que recorrí con Kiara hace ya tanto.

En menos de veinticuatro horas me ha pasado de todo. Estuve a nada de ser descubierta en lo que me libraba de aquello que me comí y estoy casi segura que la hermana de Lucas pensó cosas que son, pero que no me atrevo a admitir. Tendré que ponerle un seguro a esa puerta para poder devolver los alimentos. Creo que es lo más inteligente que puedo hacer.

Para venir no tenía faldas limpias, así que tuve que usar uno de mis pantalones de mezclilla. Me sorprendí mucho al ver que tenía que abrirle un nuevo agujero a mi cinto porque la prenda se me caía del cuerpo. Hace unos meses me quedaba justo y ahora entra sin problemas; la próxima vez que llame a mamá ella estará feliz de saber ese dato de mí. Para la parte superior me puse una chaqueta negra con lentejuelas, el color negro adelgaza y por eso lo usé. Recogí mi cabello en las dos trenzas que tengo hechas siempre y me di cuenta que ya casi me llegan a las caderas. Tengo que cortarme este cabello de una vez y por todas o Barbie me tomará por él para arrastrarme por el colegio.

Jairo me hizo venir en el asiento delantero porque ─según él─ quería sentirme cerca. Sé que le pidió permiso a la hermana Sonia y al padre para que llevarme a ver una película al cine. Yo estaba presente cuando lo hizo, se la curró bastante para el engaño porque le dijo hasta un filme que estaba en cartelera esta semana. Ninguno de los dos me preguntó algo y lo agradecí porque a decir verdad no me apetecía responder interrogantes. No soy buena con las mentiras.

─¿Tienes frío? ─espeta por primera vez en el trayecto.

Los primeros kilómetros los hice con mi teléfono, pero recordé que no iba sola en el auto y que debía guardar batería por si tenía que llamar a alguien.

─No ─contesto dedicándole una sonrisa que no ve.

Es un conductor muy precavido. Hasta este minuto respetó las leyes del tránsito, me da tranquilidad eso. No quiero quedarme sorda del otro oído. Ni siquiera se saltó una señal de alto que está en medio de la nada. En serio tranquiliza viajar con él a cualquier lugar.

Confieso que tengo miedo de lo que pueda encontrar cuando llegue. Siento que Jairo está exagerando un poco con respecto a Lucas. Es un buen chico que solo robó para alimentar a su hermana. Me dijo que ese no era el motivo por el que debía temer. No sé qué creer y estoy tan confundida. No confío por completo en ninguno de los dos, ni en Jairo ni en Lucas, pero si tuviera que decidirme por uno escogería con los ojos cerrados. He pasado más tiempo con Jairo y me ha probado que tiene las intenciones limpias.

No le han faltado oportunidades para verme vulnerable y reírse de mí. No lo ha hecho. Es algo que se valora bastante en una persona. En cambio, hoy mismo Lucas me hizo pasar por un rato desagradable frente a Barbie. Sé que especula que ella se burla de mí y por sobre todas las cosas lo tuvo claro cuando vio el grupo que ella creó para mofarse de mi brutal sobrepeso. Sé que quiso defenderme, pero él no me puede garantizar que mi vida va a mejorar si delato a Barbie. A los ojos de todos quedaré como una soplona y los demás me van a odiar. Lo último que necesito es más bullying.

─Quiero que entiendas que no te traigo aquí para que te asustes, sino porque me aterra lo que te pueda hacer Lucas, es un peligro para ti ─habla con la vista fija en el camino.

Estrías para tu belleza  [✓] Where stories live. Discover now