Capítulo Veinticuatro:

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Capítulo Veinticuatro: ¿La has probado?

Dione:

Salgo del baño viendo como Lucas me ve desde la cama. No fue la mejor idea del mundo decirle que me vinera a buscar a mi habitación cuando se fuera, pero en serio necesito hablar de este asunto hoy.

Después de estar casi tres horas en el orfanato encontré ─en el fondo de una caja─ el historial de Lucrecia María Hall. Si bien había casi doce Hall en ese orfanato era poco probable que existiera una persona con el nombre de la hermana del susodicho. No pasó mucho para que encontrara el de él.

La historia más devastadora que leí alguna vez estaba reflejada en aquellos papeles viejos, amarillentos y hasta mojados.

Los hermanos Hall llegaron solos allí. Según una cámara de seguridad Lucas traía a su hermanita de cinco años de la mano. Durante días el chico no soltó a la niña y en más de una ocasión casi golpeó a los que se acercaban a ella. No comía y por las noches lloraba llamando a su madre. Las monjas lograron separarlo de su hermana cuando casi se deshidrató por el tiempo prolongado que llevaba sin tomar agua ni comer alimentos.

De su madre no aparecía lo más mínimo, solo que muchos psicólogos decían que Lucas había tenido una profunda relación de cariño con ella y que la muerte de la señora lo había dejado traumatizado. Tampoco se mencionaba al padre, era como si no existiera. Después de eso solo ponía que Lucrecia Hall era el principal desvelo de su hermano.

Muchas dudas se aglutinaron en mi cabeza. Quizás su padre esté vivo y tiene que buscarlo porque estoy casi segura que él conoce a su progenitor. Algo me lo dice, es como esas corazonadas que tengo cuando una cosa me importa en alguna medida.

No soy muy buena en la informática, pero puedo auxiliarlo si lo quiere así. Imagino lo solo que se debe sentir Lucas, yo sé lo que es verse sin nadie y no hay peor sensación que esa. Se puede estar rodeada de gente, que si ninguno te quiere o comprende es igual que estar en un desierto.

Tenía tantas dudas que apenas terminé de organizar la última carpeta me vine en autobús para la escuela alegando frente a la hermana María que me sentía mal del estómago. Ella regresó conmigo y cuando le dije que todo se basaba en hambre me dio a comer una naranja que llevaba. Fuera de eso no tomé nada más.

Al entrar a la escuela supe que estaban arreglando el templo para navidad. Juro que casi abracé a Lucas cuando lo vi, pero me controlé. Es insoportable que nos vean con lastima y ya viví eso por lo tanto lo mejor que puedo hacer es ayudarlo a encontrar a su padre. Quizás ese hombre ni siquiera sepa que tiene hijos, aunque lo veo difícil. Tal vez la madre de Lucas murió en un accidente y él pensó que los niños también habían fallecido. Hay un mar de posibilidades.

Nadie quiere recibir porrazos y si ese hombre está vivo tendrá que ayudarlo a pagar la colegiatura de su hija porque para eso son los padres. Todo esto tenía que salir de mi boca apenas me dieran la oportunidad, pero delante de las hermanas no me atrevía a profesar palabra siquiera. Preferí esperar a que saliera y ahora que no puede atenderme soy capaz de ir al fin del mundo para darle la idea. Merece una vida normal, hasta puede que se haga amigo de Jairo. Ahora lo comprendo todo, esto fue un malentendido como siempre supuse. Jairo entenderá el motivo por el que Lucas hace lo que hace y ya las rivalidades quedarán de lado.

Le dije que iría con él a Black Bridge y casi se fue al piso del asombro. A mí no me gusta ese lugar, pero tengo la necesidad de ver la historia de Manson. Es casi seguro que es otra tergiversación igual a esta.

Sería agradable que los dos dejaran de decir que el otro es peligroso para que yo pueda estar en paz otra vez. No me importa el tiempo que tenga que estar en aquel lugar del diablo, mientras descubra lo que pasó en la vida de mi amigo habrá valido la pena cada segundo desperdiciado.

Estrías para tu belleza  [✓] Where stories live. Discover now