Capítulo Cuarenta:

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Capítulo Cuarenta: Resaca.
Dione:

Recojo mi pelo en una coleta mientras el sonido de la cafetera late dentro de la cabeza como una bomba en mi cerebro. Me pasé, ayer me pasé mucho de tragos porque pensé que eso me ayudaría a superar todo eso que Jairo me dejó y sí, por una noche no pensé en lo que había pasado, ni en el engaño que me hizo, ni en lo usada que llevo sintiéndome tanto tiempo. Tampoco se me pasó por la cabeza mi madre con el cumpleaños de mi padre. Fue todo de maravilla hasta que esta mañana me tocó abrir los ojos.

No me queda claro cómo llegué a la habitación en la escuela, ni tampoco quién me cambió de ropa porque lucía mi pijama de antes de salir, esta mañana al despertarme. Juro que cuando Lu entró a mi pieza para decir que de seguro tendría ganas de vomitar y una sed terrible me sentí expuesta, pero no tuve tiempo de hacer preguntas ya que estaba arrodillada delante de un váter devolviendo.

Lucrecia me hizo bajar al comedor y me sentó en un ala al fondo, lejos de miradas curiosas. Mucha gente estaba todavía desayunando, aunque es casi mediodía. El lunes hay examen, lo llevo bien, sin embargo, me gustaría darles un repaso a mis apuntes. Mi calificación no puede caer o perderé mi beca en Princeton.

Paso mi mano derecha por mi frente mientras veo a la hermana de Lucas revolver el líquido. Ambas estamos vestidas con pijamas, mi cabello es un asco, tengo nudos y me huele a humo junto con alguna bebida alcohólica. Los recuerdos de ayer no están muy claros, creo que recuerdo la música, yo bebiendo y nada más. Necesito volver a ser la de antes, pero mientras los Hall estén en mi vida eso se verá complicado.

─¿Está bueno? ─inquiere la chica que me acompaña.

─Habla más bajo ─pido casi en susurros mientras bebo mi café─. En cuanto tome un ibuprofeno podré comenzar a darle las clases a Lucas.

No tengo las más mínimas ganas de impartir lecciones en estos minutos. Lo haré ya que le debo mi nota final en Deportes. Nunca habría logrado un resultado descollante en examen en formato práctico. Lo mío siempre será el trabajo de silla, por eso soy una gorda asquerosa.

─Mi hermano tuvo que ir al pueblo a hacer un trabajo ─murmura ella. Agradezco que lo haga para ver si me alivio sin necesidad de pastillas─. Me dijo que recuperarían la lección en otro momento.

Por primera vez en año siento que la suerte me sonríe. Eso sí, me da un poco de pena porque el pobre Lucas estuvo despierto hasta muy tarde con nosotras en la fiesta.

─Pobre Lucas. ─Se me escapa sin poder contenerme y los ojos de Lu se impactan en mí en espera de una explicación─, lo digo por tener que trabajar después de ayer.

─Oh ─añade ella, recogiendo las tazas y las aparta a una esquina de la mesa─, él no bebió, era el conductor asignado y no debe tomarse mientras se conduce.

Asiento con la cabeza.

Rasco una de mis cejas en lo que ignoro la vista quemante de la hermana de mi pupilo. No es una chica tan desagradable, por lo menos no me parece tan peligrosa como lo que rodea su mundo. Me pregunto cómo habrá sido para ella crecer sin madre ni padre. Una vez tuve la idea de comentarle al mayor de los Hall que buscara a su padre, pero me contuve cuando las cosas comenzaron a complicarse. Fui al orfanato para saber de ellos y ni siquiera utilicé dichos conocimientos. Puede que en el futuro.

─Creo que subiré a descansar un rato ─espeto por lo promedio al ver que el silencio es tan prolongado que molesta.

Empujo mi silla hacia atrás para irme. Estoy cansada y con las mayores ganas del universo de acostarme a descansar.

Soy detenida por Lucrecia que sostiene mi mano derecha con poca fuerza.

─Pensé que decías lo de mi hermano por lo que te contó sobre su relación con Barbie ─susurra sin soltarme.

Estrías para tu belleza  [✓] Where stories live. Discover now