Capítulo 11

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28 de julio de 2022, La Galera, Tarragona



—Creo que hubiese preferido que me lo dijeras a mí en privado.

—Me muevo en el mundo de las redes sociales: tengo que dar espectáculo.

—Ya, bueno, también me has puesto en un compromiso.

—¿Y quién te dice que no era lo que buscaba?

El programa de Natalia de Noche acabó a las dos de la madrugada, hora en la que, tan pronto cortó la conexión, me dispuse a mandarle un mensaje privado. Abrí la pestaña con su nombre, accedí a la bandeja y, a punto de empezar a escribir, me llegó una solicitud de videollamada. Esta vez sí que la acepté.

—¿Y qué opinas?

—¿Sinceramente?

—Siempre.

Suspiré profundamente. Me había sentado en el sillón con el portátil sobre las piernas para poder charlar con ella. Tras tres horas de directo Natalia se mostraba un tanto cansada, con los ojos un poco hundidos y ojeras, pero incluso así tenía bastante mejor aspecto que yo. El moño mal hecho y la falta total de maquillaje me había transformado en una especie de maruja en pijama a la que resultaba reconocer.

—Que no creo que vaya a cambiar nada —dije, y no mentía—. Yo siempre he creído en los esfuerzos de la policía por cerrar el caso de Cristian. Sé que no todos comparten esa visión, y que además hubo muchos errores en la investigación, pero creo que hicieron un buen trabajo.

—Pero no dieron con el asesino.

—No dieron con él, es cierto, no tenían pruebas suficientes. Les faltaba material. Seis años después, ¿acaso hay algo diferente? ¿Acaso ha pasado algo que pueda marcar la diferencia?

—He descubierto nuevos datos sobre su muerte. Sobre su autopsia, para ser más exactos. Cris no murió por los disparos.

Dado que teóricamente no debería conocer aquella información, no dije nada. Me mantuve en silencio, con la expresión lo más serena posible. Podría haber fingido sorpresa, pero a aquellas alturas no tenía mucho sentido.

No tardó en darse cuenta de lo que pasaba.

—Vaya, nació bocazas y morirá bocazas —dijo, frunciendo el ceño—. Como sea, ¿acaso para ti eso no es un cambio sustancial?

—Lo es, por supuesto, pero no nos acerca más a su asesino. Sabemos que no fue la misma persona que le disparó, al menos en teoría, ¿y qué?

—Tal y como lo planteas, no tiene mucho que aportar, es cierto, pero si lo sumas a las muertes tan recientes que ha habido, la cosa cambia. Y no solo eso... quizás no lo sepas, lo saben muy pocos, pero ha llegado alguien a San Rafael que lo puede cambiar todo.

—¿Alguien? ¿Quién?

Natalia se apoyó en el respaldo de su butaca y se llevó a los labios el vapeador. Personalmente me horrorizaba verla fumar, pero no dije nada. La hermana pequeña de Cristian había crecido y yo ya no era nadie para decirle nada.

—Se llama Máximo De Guzmán y se ha instalado en uno de los pisos de alquiler que hay en el centro. En apariencia es un vecino nuevo, un tipo muy interesado en la reserva, pero la realidad es totalmente distinta. ¿Tú has visto el programa ese de "el Jefe Infiltrado"?

Parpadeé con cierta incomprensión. Mientras que para ella todo tenía sentido, a aquellas horas de la noche a mí empezaba a sonarme todo a disparate.

El renacerWhere stories live. Discover now