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Martes. 🏕️

El sonido que provocó la brisa contra la tela de la carpa hizo que Taehyung despertara. Se removió ligeramente en su lugar, y aún con la vista desenfocada logró distinguir el rostro de Jungkook a unos cuantos centímetros del suyo. Su cabello era un desastre y sus mejillas se aplastaban de forma cómica contra la bolsa de dormir, pero, a su parecer, él seguía siendo hermoso.

Tal vez era su pequeño hábito de ser mucho más emotivo durante las mañanas que en cualquier otra hora del día, pero se acercó para besar sus abultadas mejillas rememorando lo sucedido en la madrugada. Él genuinamente le dio otra oportunidad y Taehyung no quería desperdiciar ni un segundo a su lado.

—Buenos días, Koo. —susurró con dulzura y pronunció el apodo que sabía solo él utilizaba.

Jungkook apenas se movió y Taehyung sonrió por ello. Pasó sus dedos a través del cabello azabache e intentó peinarlo un poco, pero sus caricias no hicieron más que aumentar el caos en su cabeza.

—Creo que me gustas mucho, Koo. —admitió como una verdad absoluta que envió electricidad a su cuerpo. Por primera vez sus palabras estaban en sintonía con sus sentimientos.

—Y tú me gustas a mí, Tae. —respondió sin abrir sus ojos y luego liberó un profundo bostezo que los hizo reír a ambos.

Taehyung se acercó para besar sus labios, sintiéndose irremediablemente perdido por él. Era magnético, adictivo y le encantaba. Jungkook reaccionó y lo atrajo por la cintura para corresponderle con fuerza, haciendo que ambos confirmaran que esa era la mejor forma de empezar un día maravilloso.

Minutos más tarde, Seokjin se encargó de hacerlos salir de la tienda de campaña para iniciar con las actividades que tenía planeadas. Un ajetreado itinerario los esperaba y no había tiempo por perder.

—¡Hyung! Buenos días. —saludó efusivo.

Seokjin lo recorrió por completo con una mirada suspicaz, pero Taehyung ni siquiera le prestó atención al estar demasiado ocupado admirando el intenso azul del cielo y los vivaces tonos verdes de la hierba. El campamento lucía mucho más hermoso ahora.

—Muy buenos para ti, por lo que veo. —comentó con burla y estuvo a punto de agregar algo más cuando Irene apareció.

—Prepararé el desayuno. —se ofreció la chica y todos estuvieron de acuerdo.

Después de comer algo delicioso y asearse, iniciaron con la primer actividad preparada: ir de pesca.

Taehyung no se sentía entusiasmado por ello, ya que para él ir a pescar era excesivamente aburrido y no entendía por qué Seokjin amaba hacerlo. Siempre que tenía la oportunidad, su hyung viajaba a algún bonito lago para atrapar los peces de temporada, argumentando que era relajante y bueno para su salud.

—No luces muy emocionado. —susurró Jungkook en su oído mientras caminaba a su lado, se dirigían a la estación de deportes acuáticos donde alquilarían un bote.

—Digamos que esta no es mi actividad favorita. —mencionó con un sutil tono de berrinche.

Jungkook encontró divertida su actitud caprichosa, aunque deseando conseguir una sonrisa en su rostro que reemplazara el sutil puchero que se formaba, rozó con sutileza su mano. Este pareció sorprendido, pero de forma nada tímida entrelazó los dedos con los suyos.

Ninguno pensó en lo vergonzoso que sería andar tomados de la mano frente a los mayores, porque la pequeña burbuja de amor que crearon en la madrugada se negaba a abandonarlos.

Cuando llegaron a la estación, Seokjin decidió alquilar dos botes. Al parecer, quería una revancha del "Equipo Mayores" contra el "Equipo Menores". Desde luego, Taehyung sabía que su hyung sería el ganador, pues tenía ese toque mágico al que ningún pez, o chica, se le resistía.

Two Loves | KookV♡Where stories live. Discover now