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Jungkook no creyó que olvidarse de una sonrisa bonita sería una tarea complicada, pero le estaba resultando imposible deshacerse de la encantadora imagen de las comisuras de los labios de Taehyung elevándose hasta formar una particular línea recta que le otorgaba un aspecto dulce y radiante.

Reparar en cada detalle de Taehyung era su pequeña adicción secreta. Cuando él hablaba, ya fuera para dar un discurso a sus compañeros o en la intimidad de una maravillosa cita, Jungkook no podía evitar fijarse en sus preciosos rasgos y característicos gestos que lo hacían lucir tan hermoso.

Estaba enamorado hasta la médula, de eso no había duda alguna.

Pero sus intensos sentimientos por Taehyung eran una peligrosa arma de doble filo. Jamás lo vio de esa forma hasta ese día en que tan solo el recuerdo del chico de cabellos castaños conseguía desestabilizarlo y hacerle romper en un profundo llanto.

Salió a toda prisa del salón de clases porque un segundo más cerca de Taehyung significaría que daría su brazo a torcer y dejaría pasar, una vez más, sus mentiras. Luego de la charla que tuvieron durante el almuerzo, fue evidente para Jungkook que su adorable osito no estaba listo para ser sincero, y él, por desgracia, ya no se sentía capaz de tolerarlo.

Recostado en la misma cama donde compartió lindos y especiales momentos con Taehyung, como un millar de besos y su primera vez de intimidad; Jungkook se maldijo a sí mismo por no poder olvidarse de lo que Yugyeom le dijo y pretender que todo estaba bien.

Su vida sería mucho más sencilla si hiciera caso omiso al hecho de que Taehyung ocultaba cosas. Sin embargo, por más enamorado que se sintiera de él, no estaba dispuesto a construir una relación basada en mentiras. Sabía, por el divorcio de sus padres, que eso nunca saldría bien.

Dejó que los minutos pasaran y su llanto cesara. Estaba agotado emocionalmente, pero aún conservaba la esperanza de que el tiempo distanciados fuera de ayuda para ambos; quería creer que, de alguna manera, eso le permitiría ver a Taehyung que podía confiar en él y contarle toda la verdad.

Jungkook no tenía dudas sobre los sentimientos que profesaban al otro. Bastaba con estar juntos, sonriéndose por cualquier insignificante motivo, y dedicándose mimos delicados, para saber que sus emociones estaban en sintonía.

Además, los dulces ojos avellana de Taehyung eran un perfecto libro abierto. Nada podía ocultarse cuando veía a través de ellos, todos sus sentimientos se reflejaban y era imposible no darse cuenta de que estaba tan enamorado de Jungkook, como Jungkook lo estaba de él.

Supuso que solo debía ser paciente. El tiempo era su único aliado y debía aferrarse a la idea de que funcionaría.

Dio una vuelta en la cama, su espalda quedando apoyada contra el suave colchón; su mirada se fijó en el techo, un gesto que Taehyung solía hacer cuanto estaba inmerso en sus pensamientos y que él mismo había adoptado. Jungkook se imaginó recostado a su lado, apoyándolo en silencio en un momento que estaba siendo complicado para ambos.

Su mano se movió hasta alcanzar el pequeño dije de oso que adornaba su cuello y lo sostuvo con fuerza como, si de alguna mística forma, eso le transmitiera a Taehyung -donde sea que estuviera -, que Jungkook lo amaba y quería trabajar en su relación para que fuera sana y hermosa.

Repasó el dije con lentos movimientos y una lágrima se deslizó por su mejilla mientras pronunciaba una petición al universo:

Osito, ya no me mientas más, por favor.

Sus labios formaron un leve puchero que le recordaba a los días en que fue un pequeño niño caprichoso que solía hacer pataleta a sus padres; quizá, porque la situación lo hacía sentir completamente indefenso y vulnerable.

Two Loves | KookV♡Место, где живут истории. Откройте их для себя