‹ 31 ›

5.4K 757 304
                                    

El apartamento de Seokjin lo recibió con una calidez gratificante. A pesar de no poseer una decoración cuidadosamente planificada debido al poco tiempo que llevaba viviendo allí, todo el lugar exaltaba la tranquila y armoniosa personalidad de su primo.

«Fue realmente bueno venir» pensó antes de sumergirse con ojos curiosos por cada una de las habitaciones. Probablemente Taehyung lucía como un fisgón ante los ojos del mayor, pero disfrutaba de captar la bonita esencia del sitio que fácilmente podría convertirse en su hogar espiritual, ya que el verdadero lo hacía sentir sofocado, inseguro y preso de una eterna mentira.

—Puedes quedarte esta noche si quieres. —habló Seokjin desde el umbral de entrada a la cocina, probablemente leyendo muy bien los pensamientos de Taehyung.

—¿No te asusta que sea como un parásito y no quiera irme, hyung? —cuestionó en broma.

—Me asustaría si no supiera que tu madre vendrá a sacarte de las orejas por no volver a casa mañana temprano.

Taehyung le concedió un punto. Probablemente él habría huido de casa en sus momentos de enojo si tan solo no conociera lo estricta que era su madre. Ella lo encontraría hasta debajo de las rocas solo para llevarlo de vuelta y someterlo a alguno de sus famosos castigos de disciplina con los que pretendía enseñarle a ser el hijo perfecto, responsable, inteligente y por sobre todas las cosas: obediente.

Una parte de él agradecía que su madre nunca hubiera llegado a la violencia física con aquellos castigos, pues no sentía que su cuerpo fuera lo suficientemente fuerte para resistirlo, al menos no como su mente. Con el tiempo logró acostumbrarse al maltrato psicológico, las insultantes palabras llenas de ira y el constante chantaje emocional, pero, dudaba que pudiera acostumbrarse también a llegar con notorios moretones a la escuela, eso sería demasiado.

—Hyung, si me dejaras quedar sin su consentimiento, ella también vendría a castigarte. —habló con un sutil tono de diversión en un intento de broma, aunque en el fondo ambos sabían que eso era cierto.

—A veces, mi tía me causa escalofríos. —respondió sincero— Es una mujer aterradora, debo admitirlo. Y solo porque creo que eres muy valiente al soportarla, te prepararé algo de buen cerdo.

Taehyung sonrió ampliamente y observó a su primo adentrarse en la pintoresca cocina con muebles de madera pulida y paredes de un vibrante color rojo. Tal vez la elección de la pintura fue un poco excesiva, pero le daba ese toque acogedor y extrañamente atractivo.

Volvió a dar un vistazo curioso por el apartamento, aunque no hubiera mucho más por ver. Dos habitaciones, un pequeño estudio, sala, comedor, cocina, baño. No era un lugar particularmente amplio, pero considerando los precios de bienes raíces en Seúl estaba seguro de que era una de las mejores adquisiciones que Seokjin pudo realizar.

Cuando regresó a la sala y se dejó caer sobre el esponjoso sofá, no evitó pensar nuevamente en Jungkook. Era irritante preguntarse a cada segundo del día si él se encontraría bien, pero no tenía otra opción luego de haber decidido alejarlo de su vida. En el fondo sabía que su decisión fue precipitada, se dejó llevar por la presión social y los sentimientos de Jimin, y antes de que pudiera cuestionarse si era correcto, empujó al azabache tan lejos de él como le era posible sin pensar en las consecuencias.

Su gesto ensombrecido perduró hasta que Seokjin estuvo justo frente a él, admirándolo con una inusual mueca de preocupación. Quizá su amargo estado de ánimo era demasiado notorio como para que su primo pudiera pasarlo por alto.

—Entonces, Busan. —dijo, tanteando muy lentamente el terreno.

Haber compartido gran parte de su infancia con alguien puede revelar ciertos detalles de la personalidad realmente importantes, como el tácito hecho de que Taehyung odiaba abrirse sobre sus verdaderos pensamientos. La máscara de hijo modelo podía funcionar muy bien para obtener altas calificaciones y la confianza de los docentes, no obstante, agregaba una enorme presión sobre lo que era correcto o no decir. Seokjin lo sabía y actuó en consecuencia mientras se acomodaba a su lado en el sillón.

Two Loves | KookV♡Where stories live. Discover now