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7 minutos.

Solo 7 minutos.

Taehyung aún no terminaba de asimilar lo que estaba sucediendo. Pudo jurar que Jungkook rechazaría el reto sin pensarlo, después de todo, no parecía el chico a quien podrías obligar a hacer algo que no quisiera, así que no entendía sus razones para haber aceptado.

Pensó erróneamente que esta podría ser la tregua que buscaba entre ambos, olvidarían su pequeña rivalidad y se convertirían en algo cercano a los amigos, sin embargo, toda idea de cordialidad se disolvió en su mente cuando fue acorralado contra la puerta de su armario de madera.

La intensidad con la que esa mirada oscura se fijó en su rostro fue suficiente para hacerle contener el aliento unos segundos.

—Taehyung. —demandó— Hay algo que necesito saber.

Con esfuerzo, emitió un sonido afirmativo para que continuara hablando.

—Cuando estábamos bailando... —hizo una pausa, buscando una reacción en él— Tú... yo... ya sabes —aclaró su garganta, frustrado al no querer ser el primero en admitirlo.

—¿Qué cosa?

Jungkook bufó molesto, no podría asegurar que Taehyung lo hiciera a propósito, pero conseguía alterarlo de una manera que nadie más podía.

Lo empujó con más fuerza contra el armario y esta vez, llevó sus manos hasta su cintura, justo como lo hizo mientras bailaban y subió su mano hasta la mejilla de Taehyung, la caricia dulce contrastó con su agarre duro.

Sabiendo que su orgullo no le permitiría hablar de lo que el contrario le provocaba, optó por intentar algo más. Necesitaba una explicación por la forma en que se fue. Traer bocadillos era la excusa más tonta que hubiera podido recibir, y no se lo dejaría pasar.

—¿Por qué te fuiste de repente, Taehyung? —movió su rostro hasta quedar a escasos centímetros del contrario—. Nos divertíamos, y luego huiste de mí... como si te asustara.

—N-no me asustas.

¿Desde cuándo su propia voz se negaba a salir? Taehyung no lo sabía, pero en menos de un minuto estaba en una posición tan comprometedora con Jungkook que le era difícil concentrarse. Además, el alcohol en su sistema no era de ayuda.

Sus cuerpos se rozaban y sus respiraciones se mezclaban, las manos de Jungkook lo mantenían firme en su lugar y su mirada lo hacía sentir ínfimo, casi avergonzado.

—Bien, si no te asusto... —con la yema de sus dedos acarició sutilmente el labio inferior de Taehyung— significa que te gusto, de otra manera no puedo explicar que quieras huir de mí cada vez.

Las palabras de Jungkook fueron suficientes para hacerlo temblar, o tal vez era el alcohol en su sangre, pero necesitó varias respiraciones antes de formular un pensamiento coherente y volver a enfocar su vista en él.

¿Gustarle Jungkook?

Jamás.

—Eres tan arrogante. —soltó con una molestia que no era más que una máscara para ocultar sus emociones— Piensas que todos están enamorados de ti, que engreído.

—Si otros están "enamorados" de mí no me importa, justo ahora te lo estoy preguntando a ti.

Jungkook era tan intimidante y eso hería aún más el orgullo de Taehyung porque no podía mentirse; la forma demandante en que le habló, le gustó más de lo que debería.

—No me gustas. —respondió altanero— Ya te dije, creo que eres arrogante, grosero y tu actitud de superioridad me enferma.

«Mentiroso», se dijo a sí mismo, pero no cedería.

Two Loves | KookV♡Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu