Capítulo 55

296 27 4
                                    

Alev

No puedo creer lo que esta pasando frente a mis ojos...

Una lluvia de estrellas... y en mi cumpleaños...

—Buon compleanno bella— escucho el embriagante acento italiano, sin dudarlo llego a él colgándome de su cuello besándolo, me carga dejando que enrede mis piernas por su cintura, el reflejo de las estrellas en el cielo y en el mar dan un cuadro perfecto.

Nos separamos por falta de aire, conectamos miradas en el azul de sus ojos se ve reflejado el espectáculo que unos cuantos minutos más se desvanece. Ambos miramos al cielo observando la luna en su punto máximo de esplendor, vuelvo mi mirada a él, viendo como sonríe con el cielo.

Me importa...

—Si me sigues mirando así, tenlo por seguro que me vas a desgastar— enarca una ceja mirándome con picardía.

—Cállate, que tu hoy estabas igual.

—¿Y quien no? En el puerto cada hombre que te veía pasar empezaba a babear— da un suave apretón en mis piernas— estoy seguro que hoy van a follar imaginandote. Y eso no es de mi agrado— termina volviéndome a besar con pasión y vehemencia.

—Si fueras un desconocido, ¿no te fijaría en mi al caminar?— me separo sintiendo mis labios hinchados. Se sienta donde estábamos acostados conmigo a horcajadas.

—Por supuesto, y si estuvieras con tu noviesito, aún más te miraría y te llevaría conmigo— responde mientras reparte caricias por mi espalda.

—¿Aún sin conocerme?.

—Mucho más.

Sin más me besa y comenzamos nuestra contienda, saciarnos por completo. Bajamos a la habitación a dormir lo que queda de madrugada, me siento extraña pero con tranquilidad avasalladora.

***

Abro los ojos lentamente cuando siento que nos estamos moviendo a una velocidad medianamente rápida, volteo mi cuerpo y noto que estoy sola en la cama. Me levanto y me coloco una bata para empezar a subir a cubierta, voy a la cabina donde se encuentra Massimo con su teléfono, aún no se percata de mi presencia; así que me acerco lentamente y en silencio hacia él.

—¡Boo!— pongo mis manos en sus hombros asustandolo, se sobresalta dejando caer su teléfono mientras yo no puedo con la expresión que pone así que comienzo a reír hasta que me duela el estómago.

—¡Estas loca!— espeta colocando sus manos en su cintura.

—Aveces...— me recargo en la baranda sin dejar de reír.

—No se que voy a hacer contigo— habla tomándose el puente de la nariz.

—¿Llevarme devuelta a Estambul?— ladeo la cabeza enarcando una ceja.

—Ya vamos a llegar al puerto, así que, ve y arréglate— vuelve su mirada al frente— y cuando lleguemos quiero ver a nuestros amigos.

—Claro, solo déjame ordenar algo— saco mi teléfono del bolsillo de la bata buscando un número en especial.

Kadir

—Lo pones en altavoz— demanda.

—Bueno.

Marco el número colocando la llamada en altavoz, al cuarto pitido responden.

Alev.

—Kadir, lleva a los calabozos otras muestras de Apocalipsis, deje unas cuantas en la mesa del laboratorio, ya sabes en donde— ordeno y veo la confusión en el rostro de Massimo—, y de la sala de operaciones diles que preparen otro modulador de voz.

La Reina del Infierno [TERMINADA]Where stories live. Discover now