Capítulo 81

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Alev

Tallin - Estonia

Ya estamos a pocos minutos de llegar al lugar de encuentro y hay un cosquilleo que recorre mi espalda, aún sigo molesta con Kadri, sin embargo mantengo su mano con la mía. No puedo decir que no estoy ansiosa porque estaría mintiendo, ha pasado tiempo desde que estuve frente a ellos.

Lo único que ronda en mi cabeza es mi sobrino, tengo que asegurarme de que esta bien, no podría con la culpa si algo le sucediera, ya bastante tengo con la culpa que me carcome por la muerte de mi hijo. Bajamos de la camioneta con las capuchas aun puestas, mi mano no se separa de la de Kadri, escuchamos un portón abrirse donde puedo sentir que hay varios hombres.

—Fuimos específicos en decir que la reina debía venir sola— el acento alemán de Elías cala en mis oídos.

—Me encargo del transporte del niño— responde Kadri.

—Tanto que querían verme a la cara y me ponen una capucha— ironizó.

En un solo movimiento me la quitan y debo parpadear varias veces para acostumbrarme a la luz. Enfrente de mi aparecen cinco hombres, Armin, Elías, el enmascarado y dos hombres más con rifles de asalto.

—El niño, por él vine— espetó levantándome.

—¿Por qué piensas que estás en posición de ordenar? — Armin es el primero en acercarse a mi.

—¿Dónde está? — mascullo.

Elías chasquea los dedos y de una puerta sale Mehtap con mi sobrino en brazos, la ira que me corroe en las venas me hace ver todo en rojo, en milisegundos por mi mente se cruzó la escena de matarla y quitarle a Maxim de las manos. Pero ver como el pequeño luce plácidamente dormido y tranquilo me hace volver a razonar.

—Denselo y yo me quedo— hablo volviendo mi mirada a la de Armin.

—Gran decisión, el niño se irá con él, pero si vemos algún movimiento extraño los mató a los dos— amenaza tomandome del brazo—, ¿esta claro?

—Como el agua, ahora dejalo ir, arreglemos esto de una buena vez— mascullo quitando su mano de mi.

En un segundo siento como me toman de los hombros e inyectan algo en mi cuello que hace que me pesen los ojos y todo me de vueltas, hasta que caigo en la oscuridad llevándo conmigo el llamado de Kadri.

No sé cuanto tiempo es el que pasa, hace mucho frío y siento adoloridas mis muñecas por la tensión que ejercen creo que las cadenas, intento abrir mis ojos acostumbrándome a la tenue luz que hay, estoy en una habitación suspendida del techo, levanto la cabeza cuando escucho una puerta abrirse a unos diez metros de mi.

Mehtap...

—Görüyorum ki tarafını seçmişsin... — logro decir en nuestro idioma mirándola. "Veo que elegiste tu bando..."

Bajo mi mirada por su abdomen y lo veo levemente abultado, es casi imperceptible para cualquiera que la vea con ese overol, pero para mi es más que notorio.

—Görüyorum ki Alman ile vakit kaybetmemişsin— sonrió con ironía "Veo que no perdiste el tiempo con el alemán".

Ella se mira a si misma sin pronunciar palabra, mientras que yo no puedo dejar de pensar en el por que la ayude el día que casi muere, si esto me iba a costar la hubiera matado yo misma. Fue estúpido de mi parte creer que una cría podría con tanto y creer que saldría sin dejarse seducir por la oscuridad de este mundo.

—Üzgünüm... Oğlan ve adam gittiler— dice después de unos minutos "Lo siento... El niño y el hombre se han ido" —, kimse yaralanmadı, battaniyesine mesaj bıraktım— lo último lo dice en un susurro que apenas logró escuchar "no se le hizo daño a ninguno, en su manta deje un mensaje".

La Reina del Infierno [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora