Capítulo 57

283 25 0
                                    

Alev

Después de llegar a la fortaleza y hablar con Massimo decidí ir a mi habitación para ducharme y acostarme a dormir aunque sea unas horas.

Logre dormir cuatro horas, ya que estaba muy ansiosa; supongo que por lo de Jelena y por lo que me espera hoy. Curo mi herida antes de vestirme para empezar a prepararme antes del viaje.

Bajo a los calabozos con el pasamontañas y el modulador, entro al pasillo de calabozos ingresando al quinto donde están los Cardoso como capuchas sobre sus cabezas. Una figura está de espaldas cerca de la mesa y no necesito verlo de frente para saber quien es.

—Ya llego nuestro invitado— dice el Italiano volteando se a verme.

—Qué bajo has caído, ahora estás en el equipo de la hija de puta que juraste destruir— espeta Mateus; hijo de Danilo.

—Sigue hablando y te corto la lengua— espeto acercándome a él tomando su cuello entre mis manos sin quitarle la capucha—, aunque aún no te preocupes que no empezaré contigo, lindo.

Me alejo indicándole a Massimo que me siga, a regañadientes lo hace y nos dirigimos al décimo calabozo que esta vacío, ingreso recargando mi peso en la mesa que hay.

—No quiero que mates a ninguno— demando quitándome el modulador, ya que estamos bastante lejos de ellos no tengo riesgo alguno.

—Y debo hacerte caso por qué...

—Lo harás si no quieres conocer la furia de un mujer.

No responde solo se acerca a mi quedando a centímetros, tengo que levantar ligeramente la cabeza para mirarlo directamente a los ojos.

—Pregúntame cuánto me importan tus amenazas.

—No me tientes Italiano que no estoy de humor— digo soltando un suspiro.

—¿Y crees que yo si?— funde su aliento con el mio posando sus manos en el borde de la mesa aprisionandome entre ella y su cuerpo—, crees que estoy de humor cuando lo único que quiero es arrancarte ese maldito conjunto negro que me esta volviendo loco— espeta acercando su rostro al mío—, crees que estoy de humor para aguantarte, si en lo único que pienso es en volver a estar en ti, pero estoy tan jodidamente molesto contigo que lo único que quiero es odiarte, sin embargo lo único que consigo es desearte más.

Sus palabras me queman y hacen que el calor empiece a aumentar en mi cuerpo.

—No es lo correcto...

—Por supuesto que no es lo correcto, nada de esto es correcto, pero aún así, aquí seguimos, tirando de la cuerda que nos lleva a infierno— espeta conectando su mirada con la mía.

—Nuestro infierno...— digo antes de que terminemos con la distancia que nos separaba. Paso mis manos por su cuello, mientras él me abraza por la cintura disfrutando de los labios del otro, no existe tiempo ni nada a nuestro alrededor, solo nosotros dos, en un calabozo permitiéndonos recorrer el cuerpo del otro.

Me carga dejándome encima de la mesa mientras adentra sus manos debajo de mi camisa acariciando mi piel desnuda, me estrecha contra él mientras desabotono su camisa pasando mis manos por su pecho.

—No podemos...— intento decir cerrando los ojos cuando hunde su cabeza en mi cuello.

—Pero queremos...— responde quitándome la camisa dejándome con solo el sostén de straples. Repara la herida con cuidado tensando los músculos de su mandíbula, deja besos desde mi hombro ascendiendo hasta llegar a mi cuello.

—Aunque... quiera no estamos bien... y tenemos trabajo que hacer— utilizando todo mi auto control me separo de él volviéndome a colocar mi camisa bajándome de la mesa—, y creo que fuiste bastante claro ayer.

La Reina del Infierno [TERMINADA]Where stories live. Discover now