Capítulo 66

275 24 5
                                    

Alev

La fiesta de Alina Santoro está siendo muy agradable, no tenía pensado quedarme más de lo planeado en Apulia, pero tampoco podía desaprovechar la oportunidad de intimar con las familias de la Mafia italiana.

—Fue una sorpresa para nosotros saber que usted haya despertado, todos la daban por muerta— espeta Valentino tomando un sorbo de su copa.

—Se decía que la reina había sido derrocada de su trono— secunda Piero conectando su mirada con la mía.

—Muchos me quieren muerta, pero lo que no saben es que la muerte es mi amiga— me encojo de hombros sonriendo.

—Nos complace que si hayan podido venir a esta celebración— espeta Enzo cuando llega Lia y Massimo, reparo con disimulo el agarre de los dos mientras el Italiano fija su atención en la mano de Piero que permanece en mi cintura manteniendome a su lado.

—Fue un placer hacer parte de esta hermosa velada— respondo con cortesía dejando de prestarle atención al Siciliano. Vemos que la gente se empieza a acercar a la pista de baile cuando empieza a sonar una canción lenta.

—¿Me concede esta pieza señorita?— la mano de Valentino se extiende en frente mío, le doy una mirada rápida a Piero que me asiente en respuesta.

—Por supuesto.

Toma mi mano guiándome hasta la pista, empezamos a movernos al compás de la música, su mano derecha recae en mi cintura mientras la mía queda en su hombro, su mano izquierda sostiene la mía sin perder contacto visual, su mirada es intensa y el color miel de sus ojos se ven más oscuro. La voz de Michele Morrone inunda el salón con Hard for me, la intensidad de las luces bajaron acoplandose al ambiente.

—¿Por qué decidió venir?— me pregunta Valentino mientras nos movemos al compás de la música.

—Hubiera sido una grosería rechazar su invitación— respondo sin más cuando me hace girar quedando mi espalda pegada a su pecho.

—Me alegro que haya aceptado.

—¿Por qué?— indagó.

—Porque es una mujer intrigante— susurra cerca de mi oído volviéndome a girar.

Baila muy bien y no me sorprende nada. Cuando la canción termina encienden la luz anunciando que en un par de minutos la cumpleañera saldrá. Me excuso con él diciéndole que voy al baño, así que me indica donde queda, se ofrece a guiarme, pero me niego diciéndole que no hay problema.

Subo las escaleras adentrándome en un pasillo que me conduce al baño, aquí las luces están apagadas lo único que ilumina mi camino es la luz de la luna que se cuela por un ventanal, continuo caminando hasta llegar a mi destino. Giro la perilla, pero me detengo cuando soy jalada por la cintura hasta un cuarto, tapan mi boca cuando suelto un chillido, la habitación también está en penumbras, pero no la necesito para saber de quien se trata cuando una fragancia deliciosa y conocida choca contra mi.

—¿Ahora le interesa estar en amoríos poliamorosos con dos hermanos señora Yilmaz?— indaga retirando su mano de mi boca.

—Señor Greco, eso no es de su incumbencia— respondo ocultando a la perfección una pequeña sonrisa— es más, usted ni siquiera debería estar aquí, ya que supongo, su conquista lo debe estar esperando— agrego intentando quitar su mano de mi cintura, pero no me deja poniendo más fuerza en el agarre.

—¿No le bastó con mi consigliere?— pregunta acercando su rostro más al mío.

—Que puedo decir, tengo debilidad por los italianos— me encojo de hombros sonriendo inocentemente.

La Reina del Infierno [TERMINADA]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz