Capítulo 74

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Alev

Calabria - Italia

Hace menos de tres horas llegamos a territorio de la Ndrangheta, nos dirigimos al lugar que menciono Massimo donde se realizará la reunión que pidió mi querido amigo Armin Meyer.

Algo que me inquieta es por qué Armin pidió hacer la reunión en territorio Italiano, lugar en especial donde la Ndrangheta manda. Eso también le impresionó a Massimo, sin embargo dijo que iba a investigar más a fondo, ya que tiene una estrecha relación con Lia, mientras que yo investigaré con el italiano Valentino Santoro, él debe tener algún conocimiento.

—¿A que horas dijo que iniciaría esto?

Ruslam me saca de mis pensamientos y paso mi atención a él.

—En unos diez minutos aproximadamente, ya vieron a Armin aterrizar, estamos monitoreando todo— respondo observando mi laptop. Mi teléfono vibra y lo tomo contestando la llamada.

Todos listos que llego el invitado— la voz de Massimo inunda mis oídos poniéndome alerta—, está entrando, pueden encender las cámaras y los micrófonos— demanda antes de cortar.

Me muevo por el escritorio encendiendo las pantallas, en ellas se muestra la imagen de Massimo junto a Carlo con sus hombres y segundos después entran los alemanes liderados por Armin, se me para la respiración cuando reconozco al segundo hombre a su derecha.

—Alev...— me llama Ruslam, pero mi mirada se mantiene fija en la pantalla.

—Edel Klein...— susurro y veo como Massimo mira a una de las cámaras escondidas en una esquina de la habitación, noto como con las manos en la espalda aprieta los puños.

Massimo Greco— habla Armin dando un paso hacia adelante.

Que linda cicatriz Armin, me reconforta de verdad saber como te acuerdas de mi cada que te ves en un espejo— exclama con sorna el Italiano ladeando la cabeza—, te dije que no seria lo único que haría.

¿Ahora andas con la puta que querías derrocar?— pregunta con ironía Edel y siento asco al volver a oír su voz.

Cuida tu boca Klein, mira lo que le paso a tu jefe, no querrás que yo ponga mis manos en ti— espeta Massimo con tono sombrío—, no querrás ver lo creativo que me puedo volver.

—Mi padre Greco, por ello hemos venido— vuelve a tomar la palabra Armin y yo sólo puedo sonreír con burla por hacerle saber que vino en vano—, vine aquí por él.

Me temo que no lo tengo metido en el bolsillo, pues debes pensar que paseo con él todos los días como un perro— Massimo no desaprovecha la oportunidad para provocar—, de hecho aún no le compro una correa, tal vez te envié un diseño para que me ayudes a elegir.

¿Dónde está la hija de puta que inició esto?— Edel vuelve a hablar y tengo ganas irracionales de arrancarle la cabeza.

—Cuánto quisiera entrar y meterle unos cuantos tiros a ese maldito alemán— espeto cruzandome de brazos.

—Lo sé, no eres la única. Pero debemos esperar antes de actuar.

Es verdad lo que dice mi hermano, pero la ira que corre por mi cuerpo enciende mi instinto asesino.

No te metas en lo que no te importa, aquí están hablando los líderes, no cualquier soldado— espeta Carlo cruzándose de brazos mirándo con suma seriedad a Klein.

Entonces por qué estas hablando tu, si eres un simple soldado también— le responde él dando un paso hacia adelante.

Te equivocas, entre tu y yo existe una distancia muy larga, yo no soy un simple perro como tu— Carlo no se deja intimidar ante Klein que aprieta sus puños preso de la ira.

La Reina del Infierno [TERMINADA]Where stories live. Discover now