"Vamos, dí que sí."

Me giré para enfrentarlo, nuestros rostros quedaron inapropiadamente cerca. Sonrió como si pensara que lo iba a dejar tomarme ahí, en el escritorio. "Mark, hemos tenido un par de aventuras cuando estaba ebria. Nada más. Es probable que me hayas tenido, con una gran cantidad de tequila en mi sistema, pero jamás te atrevas a pensar que puedes lograrlo cuando estoy sobria."

Su sonrisa se desvaneció y fue remplazada con ira, noté que mi novia lo asesinó con la mirada. Mark la señaló y luego me miró. "Cual es su puto problema? Acaso a ella también te la follaste?"

Camila se levantó, su respiración era irregular, recorrió con su mirada la sala. Unas cuantas personas la observaban para ver qué iba a hacer, pero ella permaneció en silencio y salió del lugar. Pude notar que Ally me cuestionaba con la mirada, pero decidí regresar mi atención a mi escritorio.

"Sí, te la follaste" Mark rió. "No lo puedo creer."

Lo regañe. "En verdad necesitas dejarme en paz, maldita sea. Sólo estás empeorando las cosas."

"Hey, no sabía que te estabas acostando con ella ocasionalmente. Debiste decirme"

Respiré profundo, tratando de controlar mi temperamento. "Cuando me hablas de esa forma, acaso piensas en tu hija?" se congeló al escuchar mi pregunta. Sabía lo mucho que odiaba hablar de ese tema. Nadie en la oficina, aparte de mí, sabía que él tenía una hija. "Qué tal que te estuviera escuchando? Crees que crecería pensando que está bien que un hombre le hable de esa forma?"

"Lo lamento" se disculpó. "Nunca haría algo a propósito para que te sientas infeliz."

"Lo sé Mark, y sé que tenemos esta... conexión, o lo que sea- ambos nos preocupamos por el otro. Sé que prometiste protegerme de los idiotas del trabajo y a cambio ser tú el que actúe como idiota, pero... deja tu personaje cuando Camz esté cerca, okay? De verdad que no quiero joder esto con ella."

Asintió. "Por supuesto Lo." le sonreí. Era el único que me llamaba de esa forma. "Sabes que eres mi chica favorita"

"Sí, como sea" reí. Mark me ofreció una sonrisa sincera antes de irse.

Mis manos se posaron en mi frente, tratando de quitar el dolor de cabeza que tenía con un masaje. Necesitaba poner en orden todo- todo este asunto de no estar con Camila, porque, para ser honesta, no sabía cuanto tiempo más podía reprimir mi deseo por ella. No estaba acostumbrada a hacerlo. Me ponía incómoda. El sólo hecho de pensar en ella y yo juntas- tuve que moverme en mi asiento y cruzar mis piernas.

-

Una hora o dos pasaron antes de que Camila regresara. Había algo distinto en su apariencia- su cabello estaba estilizado y su maquillaje fresco. Noté que había subido su vestido un par de centímetros, no era tan corto esta mañana. Esto debe ser una broma. Aparté mi mirada lo más rápido posible, teniendo pleno conocimiento de que me quedaba detallándola, iba a terminar arrastrándonos a casa, sin pensarlo dos veces.

Miré a Dinah quien observaba cada uno de mis movimientos, probablemente tratando de ver mi reacción ante la nueva apariencia de Camila. Tan pronto notó que la observaba, desvió la mirada nerviosamente y fingió estar trabajando.

"Camila" dije, mis deseos se desvanecieron al descifrar su táctica.

"Sí Lauren?" su voz era un poco ronca, como la de Natalie.

Le sonreí, inclinándome un poco. "Es necesario que Dinah se entere de todo lo que sucede entre nosotras?"

Camila parecía sorprendida al escucharme. Observé cómo giró su cabeza en busca de su amiga polinesia para que le dijera qué hacer ahora. Hice lo mismo y miré a Dinah desafiante. Sus ojos se abrieron y desvió su atención de nosotras, dejando a Camila por su cuenta. Esta última volvió a mirarme. "Bueno..." dijo. Levanté una ceja esperando su respuesta. "Es probable que Dinah haya retocado un poco mi apariencia."

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