Capítulo 38: Mi Hijo es un Hombre Fénix (parte 18)

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Jiang Shan, que se había apresurado después de recibir la llamada, se quedó parado afuera de la puerta como un tonto. ¿Cuándo habló así su madre? Sus comentarios anteriores estaban claramente organizados y los asuntos se habían esbozado claramente. ¿Podría haberlo hecho tan bien como ella?

No, si hubiera sido él, es posible que no hubiera sido capaz de esquivar a los reporteros. Si hubiera sido diferente, la situación habría sido peor, con los reporteros investigando cualquier pequeña inconsistencia u omisión.

Jiang Shan todavía estaba pensando en esto cuando salió Li Su. Ella lo vio y resopló con frialdad. –Mira lo que has causado. ¿Por qué sigues aquí? ¿Tienes miedo de que los reporteros no te vean?–.

Cuando terminó de hablar, salió. Jiang Shan la siguió rápidamente.

Después de que regresaron a casa, Wei Yue'er los saludó con pánico. –Mamá, ¿estás bien?

Li Su estaba enojada, pero cuando vio la expresión preocupada de Wei Yue'er, rápidamente consoló a su nuera. –Está bien. Estoy bien. He despedido a ese grupo de reporteros. No escribirán nada que no queramos. ¡No te preocupes! Por cierto, ¿dónde está Pequeña Luna? ¿Está asustada? –. Li Su miró a Jiang Shan nuevamente.

Wei Yue'er negó con la cabeza. –Está bien. Se quedó dormida después de beber un poco de leche. Esposo, ¿cómo supieron los reporteros de estas cosas? ¿Te afectará a ti y a papá?.

Jiang Shan se adelantó apresuradamente y dijo: –No te preocupes. La empresa ya ha hecho algunos preparativos y se ha puesto en contacto con varios medios de comunicación conocidos. Está bien.

Wei Yue'er se sintió aliviada ahora. –Esposo, ¿qué está pasando con los reporteros?

Jiang Shan parecía molesto. –Iba a hablar contigo ese día, pero me distraje con Pequeña Luna y se me olvidó. Permití que te asustaras por ellos. Lo siento, Yue'er.

–¡Así que sabes que es tu culpa! ¡Lo arruinaste!– Li Su golpeó furiosamente a Jiang Shan varias veces. –¿Estás ciego? ¿Cómo te gustó alguien como Mei Li en primer lugar?

Wei Yue'er, quien originalmente estaba preocupada, terminó riéndose de esto.

Jiang Shan miró a Li Su, luego a Wei Yue'er. –Mamá, siento que no soy tu hijo, pero Yue'er sí lo es. ¿Cómo puedes preguntar si soy ciego? Si estoy ciego, ¿cómo podría haberte dado una buena nuera como Yue'er?

Wei Yue'er fue felizmente persuadida. –Mamá, Jiang Shan no lo hizo a propósito. Puedes conocer a una persona por lo que te muestra; ¡No puedes conocer su corazón! No te enojes con él.

Li Su miró a Jiang Shan. –¡Si no te hubiera dado a luz, te habría aplastado la cabeza hace mucho tiempo con tus tendencias de playboy! ¡No puedes hacer nada como esto!– Luego miró a Wei Yue'er. –Eres demasiado fácil de engatusar. Solo unas pocas palabras son suficientes para hacerte sonreír. Si yo no estuviera aquí, él te engañaría hasta la muerte. ¡Déjame decirte que tienes que ser un poco más llamativa para que tu hombre te mire! Necesitas disciplinarlo estrictamente. En el futuro, puede confiscar su tarjeta de salario o hacer que el departamento de finanzas ponga su salario en tu tarjeta. Si no tiene dinero, ¿cómo se supone que provoque a esas mujeres podridas?

Wei Yue'er sonrió. –Mamá, le creo a Jiang Shan. Él no es ese tipo de persona–. Miró dulcemente a Jiang Shan y luego abrazó el brazo de Li Su. –Es un hombre grande, por lo que es inevitable que termine saliendo a socializar. ¿Cómo es posible que no tenga dinero? Además, no se atrevería a intentar nada contigo aquí.

–¡¿Qué si me muero?!– Li Su dijo.

–¡Oye, oye, no digas tal cosa! ¡Cómo pudiste morir! Mamá, debes vivir hasta los cien años–, se rió Wei Yue'er.

Llámame la Madre de la Transmigración RápidaWhere stories live. Discover now