Capítulo 6

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Desperté en mi cama hecha una bolita con el móvil bajo la almohada. Sí, mi móvil dormía conmigo, por si ocurría alguna urgencia o si alguien necesitaba de mí. ¿Quién sabe?, tal vez me había tocado el cupón o la rifa y no me había enterado por que no dormí con mi móvil bajo la almohada, ¡eehhh!.

Bueno, a lo que iba.

Miré la pantalla de mi móvil intentando ver la hora, pero gracias a mi visión ultra borrosa at morging am ni me enteré. Me dispuse a llegar al armario para colocarme unos shorts vaqueros con una camiseta corta azul cian con un bolsillero en el pecho junto con unas bambas.

Realicé los quehaceres de cada día, hoy mi madre no estaba de humor, pero me daba igual, hoy saldría a la Feria del pueblo con Salvi. Ya les contaré.

Acabé mis quehaceres y me hice un café. Lo preferí solo ya que necesitaba despertar, estaba adormilada. Me sentía vacía.

Me senté en mi terraza (bastante amplia por cierto) y me bebí a pequeños sorbos mi café acompañando a éste con un cigarrillo. Miré mi móvil y vi en notificaciones ese icono de whatsaap que hace que nos coma la curiosidad a todos.

Lo abrí para quedar con la mandíbula colgando.

Salvi: Oye, q haces hoy? Quedamos en vernos pero no dijimos cuando. Pense en ir un rato a la playa y luego a la feria de noche ya que la adelantaron. Q te parece?

Mariposas.

AmoooooooooooL voy corriendo a tus brazos...

Sara: Bueeeno.. si a tener planes te refieres a pasar el día en mi casa tomando el sol... si que los tengo entonces. Pero eso no suena nada mal. Podria romper mis planes por ti!.

Pensé que había sido muy... ¿lanzada?. No sé, yo... ya no me sentía tan vacía.

Salvi: En cinco estoy alli. No me tardes. Te espero en tu puerta.

Sara: Okey ;).

Corrí a buscar mi bikini y me dispuse a cambiarme. Solo me dio tiempo a cambiarme, picar algo, coger una toalla y mi móvil, cuándo escuché que sonó un claxon que ya me era familiar. Qué chico tan puntual, me dice en cinco, y está en tres.

Salí corriendo por las escaleras de mi jardín esquivando los adornos laterales del pasaje hacia la salida y, tras la reja lo vi.

Llevaba unas gafas de sol al estilo Ray- Ban doradas con los cristales achocolatados y portaba una camiseta que se ajustaba a sus brazos de un tono gris azuloso y un bañador que le llegaba por encima de las rodillas, de cuadros azules y negros con detalles en blanco. Y para terminar, unas chanclas de playa celeste cian y una sonrisa a juego con la perfección de su postura: estaba apoyado en la puerta delantera del conductor, con las manos vagamente en los bolsillos y un pie descansando sobre el otro, cruzados.

Piensa en algo.

Saluda.

Por Dios, reacciona.

- Hola, ya iba siendo hora. - Le dije calcando mi indiferencia por su pose y puntualidad.

- He llegado a los cinco minutos. ¿Vamos o qué?. - Le dediqué una sonrisa tierna y me acoplé en mi asiento. Me fijé en que me miraba de reojo, de arriba a abajo, como si quisiera memorizar cada pequeño detalle de mi cuerpo. -Espero que hayas hechado protección por que yo no llevo. -Dijo con una seriedad que me creí hasta yo.

Lo fulminé con la mirada dándole a entender que, por supuesto, no había hechado condones en mi bolso. Pero, ¿este tío de que iba? Lo iba a patear cuando...

Valió la penaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon