Capítulo 12.

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Aceptó disimulando una sonrisa que me llegó y me hizo estremecer. Un sonrojo no bienvenido se posó ligeramente en mis mejillas. Simulé que me importaba poco, aunque, como tal, fue imposible.

Preparé el sofá para que se quedara. Él insistió en quedarse ahí, y yo acepté su decisión a duras penas. Acomodé unas sábanas de verano y una pequeña manta de terciopelo, ya que aunque fuera verano, en mi pueblo algunas noches refrescaba. Nos despedimos tras tener una conversación dee esas que me encantan por dar lugar a conocernos mejor. Nos dirigimos unas miradas, un tanto sujetas una de otra, sosteniéndolas hasta que nos dimos cuenta de que el tiempo pasaba, para luego terminar con un simple "buenas noches".

Habían pasado tan sólo media hora, la cual se me hizo una eternidad. ¿Vendría a mi habitación?¿me buscaría?. Esperé mirando el reloj de mi móvil, y mirando haber si aparecía ese tan deseado "en línea" ó "escribiendo...", pero nada pasó.

Recordé cómo cuando era pequeña mi tía Lizz me decía que existían los príncipes azules, pero que no todo sería como en los cuentos. Me decía que los tiempos habían cambiado, y que ya no sólo los príncipes azules luchaban por amor; sino que ahora también existían princesas guerreras, que también luchaban por la misma causa. Volé en mis recuerdos hasta que me paré en el instante en que terminó de contarme la historia, en el que agarró mi mentón con extrema delicadeza y me dedicó unas palabras: "Pequeña koala mía, tú serás una princesa guerrera, y no sólo lucharás por amor, lucharás por todo los obstáculos que intermedien entre tus metas y tú. Eres valentía pura y sé que serás fuerte."

Me estremecí al recordar las palabras de mi tía, cual murió de cáncer tres días después de mi octavo cumpleaños. Desde que ella murió se vino todo abajo, mis padres ya estaban separados, pero las cosas empeoraron, mi familia se separó y comencé a tener problemas en clase. Su muerte me derribó, y tal y como ella me dijo, aprendí a ser fuerte.

Reflexioné sobre el recuerdo, y llegué a la conclusión de que no perdía nada, el "no" ya lo tenía, pero ¿y si sentía lo mismo?¿y si me correspondía?. Sin pensarlo dos veces fuí al salón. Me acerqué sin hacer ruido y me dí cuenta que tenía los ojos abiertos, tumbado sobre su costado, pero inmóvil, tal vez pensando en algo a lo que no llegué a saber en qué.

-Hola...- dije notando como iba a comenzar a darme un yuyu.- oye, puedes quedarte en mi habitación, aquí hace mucho frío, allí tengo la calefacción.- proseguí para mi sorpresa con mucha naturalidad.

-No pasa nada, no quiero incomodar.- dijo haciendo una mueca.

- El incómodo vas a ser tú cuando tenga que pasar mi madre con a saber quién por detrás del sofá en el que quieres dormir.- espeté señalándolo con el dedo.

Éste emitió una carcajada al aire, bastante cegadora. Y finalmente asintió.

Llegamos a mi habitación, el problema era que sólo había una cama, y era de matrimonio, pero al parecer no le importó. Yo llevaba un pijama corto de verano, de un conejito y rayas rosas, algo cursi pero era lo primero que pillé del cajón. En cambio él llevaba sus vaqueros.

Solo.

Únicamente.

Sus vaqueros.

Me desprendí de esos pensamientos y cada uno nos acostamos en un lado de la cama. Dándonos la espalda. Parecía que había tensión entre nosotros, tensión sexual tal vez, esa adrenalina que te corre por el cuerpo por querer probar algo nuevo, y que a la vez te da miedo saber si te gustará o no.

Quería ir al grano, quería confesarme, quería...

- Tengo que decirte algo.-dije sacando fuerzas- Y sé que estás despierto.

-Ajam... - dijo sin darse la vuelta.

- Es de suma importancia... y no sé si voy a explicarme bien... y-yo...- tartamudeé. Y en ese justo momento se dio la vuelta.- siento que tenemos mucho en común, me siento bien contigo y... bueno, quería decirte que...- alargué el momento, duda do en si decirlo o no. - creo que me gustas.

Lo dije.

Fin.

Silencio.

Horrible silencio.

Se demoró en contestar, pero finalmente lo hizo, por fin: - Yo... me gustas. T-tu también me gustas.

La diosa que llevo dentro saltó, gritó y montó una fiesta de espuma en mis adentros, todo eso mientras rezaba a un elefante buda. Se me encandilaron los ojos y de pronto se esfumó una presión que sentía en el pecho desde a saber cuando.

Sostuvimos la mirada, observando a la luz de una pequeña lamparita nuestros detalles, el uno del otro, sonreímos, y vi como se mordía el labio mientras miraba los mios. Sentí que la distancia que había entre nosotros se hacía más corta y divagué pensando en como sabría besarlo. Así fue que de tanto acortar distancias nuestros labios quedaron sellados, los suyos contra los míos. Un beso lento y a la vez uno de los más morbosos de mi vida.

Tuvimos que separarnos a causa de la respiración y pudimos ser capaces de articular palabra. Claro, unos más capaces que otros.

- Nunca imaginé que sabiendo todo lo que sabes de mi, estés aquí conmigo, besándome.- dijo acariciando mi tez.

Respondí con una ligera sonrisa posada en mis labios, ahora un poco hinchados y sonrosados por el laberinto de emociones que me hizo sentir el beso.

- Mira... como ya sabes, yo también he pasado lo mio, y a mi no me gustaría que me juzgaran por mi pasado. Yo quiero saber de tu pasado por curiosidad, pero recuerda que es pasado. A mí solo me importa lo de ahora en adelante.

- Gracias. Creo que hice bien.- dijo con una mirada de complicidad.

- No hay de qué, y si has hecho bien o no, eso lo decides tú.- dije seriamente, para que le quedara claro.

- Esperé mucho, ¿sabes?. He pasado la vida haciendo de todo, pero jamás estuve con nadie enserio. Pero contigo... me siento diferente.- confesó entrelazando nuestros dedos.

- Yo también me siento igual. Yo sí tuve alguna relación, pero en ninguna me sentí como me estoy sintiendo ahora. Me caíste muy profundo desde que te vi, y eso no me pasó con nadie.

- Con eso me basta, dulce de leche.-dijo tiernamente.

A lo que yo me sonrojé ante semejante mote, cual me hizo desvariar, hasta que sentí un ligero beso en la frente acompañado de un dulce "buenas noches pequeña".

Y pensé que ser una princesa guerrera me había ayudado esta vez.

Ei! Todo bien? No? Lo mataron? Noooo. Como vais? Aqui va este cap, su primer beshiiiiiito mimoshiiito. El prox vendra en breve.

Gracias. Mua.

Valió la penaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon