Han pasado cinco años desde que Kagome había regresado a su época dejando a sus amigos y a Inuyasha, pero durante ese tiempo guardo un secreto el cual era que ella estaba embarazada ella juro que jamás le diría al padre de su hijo, pero cuando regre...
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El Inukami miraba con una sádica sonrisa la transformación de Sesshomaru, aún cuando sabía bien que no era Sesshomaru quién estaba consiente, si no que Yakō había obtenido el control.
- ¡Vamos Yakō! - exclamó - ¡Comienza con aquella profecía que desde un inició debiste haber hecho! -
Yakō miraba a todas las personas que se encontraban mirando y aún cuando se encontraba muy lejos podía ver y escuchar el llanto de su pequeña luna.
- Lamento decepcionarte maldito InuKami, pero jamás se me pidió matar a los humanos - dijo mirándolo - La verdad fue que Inu No Taisho sello mi poder y mis recuerdos para que ustedes jamás me descubrieran, pues realmente debo acabar contigo -
- ¡¿Qué?! - exclamó molestó - Esos bastardos -
El InuKami molestó y con su verdadera fuerza tomada por la luna atacaba a Yakō quien también comenzaba a defenderse, sin embargó cada que Yakō olía la sangre de Kagome podía sentir la irá nublarle los sentidos y hacer crecer su Yoki.
- ¡Demuestrame tú poder Yakō! - gritaba.
Yakō estaba consiente, pero sus sentidos eran nublados por la irá de los recuerdos de ver cómo Kagome había sido lastimada por el InuKami, de como su hijo había sido atacado por Inuyasha, de como el Ōkami había reclamado a su Miko como suya, de como es que por tanto tiempo le habían ocultado a su hijo por miedo, de como escuchaba a su Miko llorar y como el llanto de su luna no paraba. Kagome quien estaba cerca siguió acercándose más, pues ya había visto como Yakō había logrado dormir a Sesshomaru, sin embargó Yakō había perdido todos sus sentidos por la irá del InuKami y detenerminada, Kagome seguía con su arco y flechas para detener está batalla de una vez por todas.
- No te dejare Sesshomaru - se decía.
Kirinmaru, Inuyasha y Kōga corrían para detener a Kagome, pues era peligroso para ella, pero entre más se acercaban más se les hacía difícil seguir, pues el abrumador poder de Sesshomaru se los complicaba.
- ¡Debemos llegar y detenerla! - gritaba Kōga.
- ¡Maldición! - exclamó - El bastado de Sesshomaru no quiere que nos acerquemos -
Kirinmaru que podía recistir más el abrumador poder iba adelante siendo cuidadoso de no hacer enojar más a Sesshomaru, sin embargó Kagome les llevaba ventaja, pues el ser una sacerdotisa le permitía hacer una barrera que la protegiera de ese poder, pero podía debilitarse más si se seguía acercando.
- Sacerdotisa - decía molestó.
Las gotas de sangre que caían en la fría nieve venía tanto del InuKami como de Yakō, pues el InuKami tenía sangrado el cuello y la frente y Yakō tenía ensangrentado el hocico.
- Para ser un InuKami eres débil - dijo nuevamente atacando.
El InuKami sentía que no podía llevarle el ritmo de la pelea a Yakō, pues apresar de estar usando la fuerza que había conseguido por la luna pareciera que no era suficiente.
- ¡¡JAMAS PERDERÉ CONTRA UN MALDITO INUDAIYOKAI!! - gritó molestó.
El InuKami siguió pelean creando herida más certeras en Yakō, pero no eran suficientes para matarlo o ganar.
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