Han pasado cinco años desde que Kagome había regresado a su época dejando a sus amigos y a Inuyasha, pero durante ese tiempo guardo un secreto el cual era que ella estaba embarazada ella juro que jamás le diría al padre de su hijo, pero cuando regre...
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Kagome ahora podía dormir tranquila, pues su pequeña bebé no lloraba más desde que le dió la muñeca que Sesshomaru había encargado para su hija.
- Papá te proteje aún cuando no está - decía.
Fuera de la casa principal Kirinmaru descansaba bajo un árbol, mientras era observado por Inuyasha.
- ¿Qué es lo que realmente tramas? - preguntó serio.
- Ya lo he dicho hanyō, solo cumplo el favor que alguien me pidió - respondió - El que tu hayas pensado que Sesshomaru matará a su hija solo por ser una hanyō ya era algo fuera de si -
- ¡Tu no lo conoces! - exclamó.
- Claro que lo conozco, también a ti te conozco a la perfección el niño que salvó Inu No Taisho por amor, mientras al otro lo hizo madurar a una edad temprana - dijo - Sesshomaru jamás odio a los hanyōs, solo odio el que ellos tuvieran lo que él no tuvo de niño, pero ahora es padre de una Daiyokai y una pequeña hanyō -
Inuyasha no dijo nada solo volteó la mirada para que Kirinmaru dejara de verlo.
- Aún así todavía no pasa lo peor - mencionó.
- ¿Qué quieres decir con peor? - preguntó.
- Nao podrá haber nacido como Daiyokai, pero eso no quita que no pueda convertirse en un humano común - respondió - Cada cierto tiempo el poder espiritual de Nao crecerá opacando su poder de Daiyokai y esto lo convertirá en humano -
- ¿Y eso cuando pasará? - preguntó sorprendido.
- Está noche, si es que la vestía interna de Nao no se controla podrá pasar esta misma noche y podría durar un día o dos en estado de humano - explicó.
Inuyasha sorprendido miro el cielo y este comenzaba a iscurecerse.
- Por Kami - susurró.
En la habitación de Nao, este comenzaba a tener extraños dolores de cabeza junto a punzadas.
- Maldición debo controlarme - decía.
Nao intento respirar profundamente, pero podía sentir como con cada respiración su vestía interna era lastimada.
- ¿Qué es lo que te pasa Shingo? - preguntó.
- Tu poder espiritual está lastimando me -
- ¿Qué quieres decir con eso? - preguntó asustado.
- ¡¡Nao!! -
La conexión que Nao tenía con Shingo se perdió y esto lo hizo preocuparse, pues el dolor que sentía desapareció y mirándose en el espejo que Jaken le había traído vio como su cabello plata creció repentinamente convirtiéndose en negro, sus garras comenzaron a desaparecer y las marcas de las manos igual, sus ojos ámbar dejaron de existir para ser azules.
- ¡¡Madre!! - gritó.
Desde fuera Kirinmaru e Inuyasha escucharon el grito y entraron, Kagome salió de la habitación de su hija para ver porque el grito, pero al encontrarse con Inuyasha y Kirinmaru entendió que el grito había sido de su hijo preocupada quiso subir las escaleras, pero de estás bajo alguien de aspecto diferente al de su hijo.
- ¿N....Nao? - preguntó Kagome asustada.
- Ma...madre a..yudame - pedía.
Nao cayó de las escaleras, pero fue detenido por Kirinmaru quien reaccionó rápidamente.
- Debemos llevarlo con Sesshomaru - decía Kagome.
- No, esto iba a pasar - dijo Kirinmaru - Tu hijo también tenie poder espiritual poco, pero lo tiene y cada cierto tiempo su poder crecerá hasta convertirlo en humano -
- ¿Y esto cuánto tiempo durará? - preguntó preocupada.
- Uno o dos días dependiendo el poder que haya crecido - respondió.
Kagome asintió y Kirinmaru llevo a Nao hasta su habitación donde lo recostó en su cama, pero al querer irse fue detenido por Nao.
- Papá no me dejes - decía aún dormido.
Kirinmaru miro a Nao asustado y recordó al pequeño Daiyokai que una vez cuido por perderse en el bosque.
- Realmente has crecido Sesshomaru -
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