Lo Hice Por Tu Bien. (Sesshome)

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Todos en el pueblo estaban tranquilos sin esperar nada de nadie o eso pensaban del otro lado de la aldea dónde es más poblada Sango hacía la comida junto Gyokuto y Kin'u quienes la ayudaban, mientras tanto Miroku le enseñaba a Hisui como poder detectar a los yokais.

- Kin'u ve por Nao, hoy quedamos con el para ir por Rin - dijo sonriendo.

- Claro mamá - dijo feliz.

- Vamos Kin'u ve por tu novio - mencionó Gyokuto.

Sango se sorprendió y Kin'u se detuvo poniéndose roja.

- Kin'u, ¿Acaso tú... -

- ¡¡El Lord Del Oeste se encuentra aquí!! - gritó un aldeano.

Sango rápidamente salió de su cabaña al igual que sus hijas y Miroku quiénes miraban con dirección a la cabaña de Kagome.

- Sango - llamó.

- Si su exelencia al parecer lo sabe - dijo.

Los tres hermanos sin saber que pasaba solo miraban el gran torbellino que se estaba formando.
En la cabaña de Kagome todo era un caos, pues Inuyasha había atacado a Sesshomaru, pero este claramente esquivo uno o uno todos los ataques sin dificultad, hasta que al hanyō se le ocurrió una mejor manera y esa era atacar a la familia que este tanto cuidaba.

- Veamos si puedes evitar esto Sesshomaru - dijo.

Del ataque que Inuyasha mando este fue hacía Sesshomaru principalmente, pero fue desviado a voluntad por Inuyasha, tomando por sorpresa al Lord, pues el ataque fue hacía Nao y Kagome dándole directo a ambos.

- ¡Madre! - gritó.

Nao por ser un Daiyokai no había recibido tanto daño, pero Kagome si lo había recibido provocando que quedará inconsciente.

- Madre por favor despierta - pedía - ¡Madre! -

Sesshomaru que no pudo evitar aquello comenzaba a molestarse tanto que sabía una parte de el que el sello que una vez le puso su padre se había roto por completo.

- Nao llévate a tu madre y no vuelvas - ordenó.

- ¡Sí! -

Nao cargo con lágrimas a su madre que estaba inconsciente para irse lo más rápido que pudiera.

- ¡¿Adónde crees que vas?! - preguntó molestó.

Inuyasha iba a ir tras Nao, pero fue detenido por el abrumador poder de Sesshomaru que poco a poco era controlado por la irá que sentía.

- ¡JAMAS TE PERDONARÉ ESTO MALDITO HANYŌ! -

Los ojos ámbar que brillaban dejaron de existir pasando a los ojos carmesí, pues la bestia de las tierras del Oeste estaba por despertar por completo y acabar con todo aquello que deseará destruir lo que más amaba en el mundo.
Del otro lado del pueblo Nao corría hasta llegar a la cabaña de Sango y Miroku.

- Nao, ¿Qué está pasando? - preguntó Sango.

- Señorita Sango mi madre y yo fuimos atacado por el maldito de Inuyasha - respondió - Padre ahora está molestó -

- Por Kami - exclamó - Vamos llevemos adentro a tu madre -

Nao asintió y llevo a su madre dentro para recostarla en un futón que prepararon las gemelas al ver la situación de la sacerdotisa Kagome.

- Por favor señorita Sango cuide a mi madre - pidió.

- Perdón Nao, pero no puedo dejarte ir - dijo - Conozco a Sesshomaru y jamás te perdonará si la dejas -

- Pero... -

- Es que acaso no eres un príncipe -

Todos voltearon al escuchar esa fría voz y para sorpresa de muchos la gran InuKami Irasue se encontraba con ellos, pero para Nao solo era una persona sin importancia.

- No la conozco como para darle explicaciones - dijo serio.

- A pesar de ser un Daiyokai tienes sentimientos estúpidos que solo los humanos tienen - mencionó.

- No le permitere que hable así de ellos - dijo.

- Entonces demuestra por una vez que te importa tu madre, si mi hijo muere y está Miko igual haré que te arrepientas el restó de tu vida - decía seria.

- ¡Usted no es nadie para amenazarme! - gritó.

Nao estaba molesto al punto de querer atacar a la mujer que tenía enfrente, pero el toque en sus manos lo hizo mirar a su madre quien estaba reaccionando.

- Ella es la madre de tu padre - dijo débilmente.

- Que mal educado eres Nao -