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"Como duele despedirse de alguien que quieres de verdad".

El amanecer se acercaba y ambos amantes se vestían en silenció, pues nadie tenía que decir

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El amanecer se acercaba y ambos amantes se vestían en silenció, pues nadie tenía que decir.
Al estar ambos listos se miraron, pues no sé necesitaban palabras, ya que sus rostros decían todo.

- Jamás te olvidaré Sesshomaru - dijo mostrando una sonrisa.

Sesshomaru solo asintió y tomando la mano de Kagome puso una bella peineta de plata con detalles hermosos, como la luna y las flores de su yukata.

- Adiós Kagome - dijo retirándose.

Para ambos era difícil despedirse después de lo que había pasado, pues ambos sin darse cuenta se habían confesado y aquella mujer que la noche atrás estaba con Sesshomaru solo los miraba con sumo cuidado.
Kagome por otro lado miro a Sesshomaru hasta perderlo de vista fue hasta ese momento que se dejó llorar tomando aquella peineta entre sus manos.

- Sesshomaru - susurraba entre lágrimas.

El amanecer llegó y Kagome se había quedado en aquel lago sin haber dormido nada, pues después de tanto que le había costado confesarse ahora tenía que irse y jamás volver.

- ¡¡Kagome!! - gritaban.

A lo lejos Sango, Inuyasha, Miroku y el pequeño Shippo buscaban desesperadamente a Kagome, pues en la noche sin que nadie se diera cuenta Kagome ya no estaba.

- ¡Chicos aquí estoy! - gritó.

Todos corrieron a dónde provenía aquel gritó y encontraron a Kagome parada cerca del lago con su cabello levemente recogido.

- Tonta, ¡¿Dónde estabas?! - preguntó molestó.

- Yo toda la noche estuve aquí - respondió sonriendo.

- Señorita Kagome nos preocupamos mucho porque ayer en la noche no la encontramos - explicaba Miroku.

- Lo siento Miroku, pero estoy bien no me pasó nada - decía sonriendo.

- ¿Y esa peineta Kagomesita? - preguntó el pequeño Shippo.

Todos pusieron atención a la bella peineta que Kagome tenía puesta, pero al mismo tiempo siendo ocultada por el cabello azabache.

- Es solo el obsequio de alguien - respondió sin dar más explicaciones - Bien supongo que ya es hora de irme -

- Amiga, sabes que te vamos a extrañar mucho - decía abrazándola.

- Lo sé bien Sango, pero no puedo dejar a mi familia no sería justo - dijo.

- Aún no entiendo porque quieres irte - reclamaba.

- Porque mi deber ya terminó, Inuyasha, Miroku, Sango y mi pequeño Shippo siempre los tendré en mente -

Todos fueron abrazados por Kagome y sin más caminaron hacia el pozo, dónde era esperada por los aldeanos, por Kaede y por la pequeña Rin.

- Adiós Kagome, cuídate mucho - decía abrazándola.

- Gracias por todo abuela Kaede - dijo sonriendo.

- Cuidese mucho señorita Kagome - dijo sonriendo.

- Adiós Rin, cuídate mucho y no le causes problemas a Kaede ni a Sesshomaru - decía abrazándola.

- No lo haré - dijo.

Kagome sonrió y se despidió de todos, pero lo que más tristeza le dió fue sentir el vacío de su corazón al no poder ver nuevamente a Sesshomaru.

- Adiós a ti también Sesshomaru - susurro saltando.

El pozo abrió el portal por última vez haciendo desaparecer a Kagome y no muy lejos de ahí todo eso había sido observado por Sesshomaru quién solo se alejó sin dejar rastro.

- Adiós Kagome - susurro.

Del otro lado del pozo Kagome salía sin muchos problemas y corría a su hogar donde al entrar vio a su madre Naomi quien hacía la comida.

- ¡Madre! - exclamó sonriendo.

La señora Higurashi sorprendida volteó y fue abrazada por su hija quien también la abrazo.

- Kagome, mi niña has vuelto - decía feliz.

- ¡Hermana! - gritó Sōta.

- ¡Sōta! - exclamó abrazándolo.

- Kagome, ¿Eres tú? - preguntó el abuelo entrando.

- Abuelo - respondió sonriendo.

Toda la familia Higurashi por fin estaba unida después de mucho tiempo, pero las sorpresas y malas noticias nunca acaban.
En la noche Kagome se encontraba en su habitación mirando la bella peineta de plata que Sesshomaru le había dado, pues aún se sentía mal por haberlo dejado, pero ella sabía que su deber había terminado.

- ¿Me amarías sabiendo que si regresas podrías correr peligro? -

Aquella pregunta recorrió su mente y esque Sesshomaru tenía razón si algún día ella regresará y estuviera con el, ella siempre correría peligro al ser el un Lord poderoso.

- Jamás volverás Kagome - se dijo para poder dormir.

- Jamás volverás Kagome - se dijo para poder dormir

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Lo Hice Por Tu Bien. (Sesshome)Where stories live. Discover now