Han pasado cinco años desde que Kagome había regresado a su época dejando a sus amigos y a Inuyasha, pero durante ese tiempo guardo un secreto el cual era que ella estaba embarazada ella juro que jamás le diría al padre de su hijo, pero cuando regre...
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En la era feudal todos se alegraban porque pronto habría nuevos integrantes en esa aldea, pues todos se habían enterado del embarazo de Sango.
- Realmente estoy feliz por ti hermana, seguro que serán buenos exterminadores - mencionó.
- O monjes - dijo Shippo.
- Yo la solo deseo que mi bebé nazca con bien, aún que hubiera deseado que Kagome estuviera con nosotros - dijo con tristeza.
- Descuida Sanguito, la señorita Kagome estaría feliz de saber que estás embarazada - dijo sonriendo.
Sango asintió y siguió con la celebración con todos, mientras tanto Inuyasha se encontraba en el pozo mirando el interior como si deseará que ella viviera.
- Jamás volverá -
Inuyasha rápidamente volteó y se encontró con aquella mujer misteriosa de rostro cubierto.
- ¡¿Quién eres?! - preguntó.
- El quien sea no es de importancia, pero debo de advertirte algo - respondió seria - Pronto el verdadero demonio despertará y la paz que tú y tus amigos conocen desaparecerá -
- ¡¿Cómo podría creer en tus palabras?! - preguntó dudando.
- Porque aquella sacerdotisa del futuro será la clave de todo esto - respondió.
- ¡Kagome jamás regresará! - exclamó molestó.
- ¿En serio? - preguntó - Pronto vendré a verte Inuyasha hasta ese momento mantente en alerta -
Aquella mujer desapareció e Inuyasha solo se quedó dudando de las palabras de aquella mujer. Con Naomi, está se encontraba cocinando para su hija que cada vez tenía antojos más extraños.
- ¡Kagome ya está listo! - gritó.
Kagome se levantó del sofá y camino despacio hacía el comedor donde comenzó a comer todo lo que su madre le había preparado.
- Parece que mi nieto será muy glotón - dijo sonriendo.
- Puede ser - mencionó - Solo espero que nadie se de cuenta -
- Sabes hija estoy en contra de que ocultes a tu hijo de su padre, pero respetaré tu decisión - dijo.
- Yo también dudo de esta decisión mamá, pero es lo mejor para ambos - dijo suspirando.
- ¿Y qué harás cuando te pregunté por él? - preguntó.
- La verdad no lo sé aún - respondió - Solo espero que jamás me odie por ésto -
Naomi entendía el miedo de su hija, pero la verdad se sabría tarde o temprano y para un hijo ocultar a su padre sería lago difícil de llevar. Con Sesshomaru nada era fácil y todo era igual, también había perdido la noción del tiempo en el que llevaba y solo seantenia vivo por un extraño sentimiento que lo hacía querer vivir.
- Y bien Lord Sesshomaru, piensa remendar su pecado y matar a quien provocó esto - decía frente a él.
Sesshomaru sabía lo que le pedían, pero jamás mataría aquel pueblo donde conoció a la Miko y dónde dejo a su protegida.
- Realmente son estúpidos al creer que haría semejante estupidez - dijo con seriedad.
- ¿Realmente no le importa el poder que obtendrá? - preguntó molestó.
- Lo dije una vez, pero creo que tendré que volver a repetirlo - respondió - ¡JAMÁS ME SUMISARE ANTE USTEDES! -
Nuevamente Sesshomaru fue atacado con la ira de los Inukamis que estaban molestos, pues por más que lo intentaban no lograban hacer que su más poderosa creación accediera ante ellos y eso los molestaba.
- Papá - susurró
Aquel susurró hizo que los ojos ámbar se convirtieran en carmesí para matar a todos los que tenía como oponentes, sin embargó Sesshomaru no entendía que es lo que había pasado y el porque escucho aquel susurró que lo hizo molestar solo miro a la nada y siguió defendiendose para salir de ahí.
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