Han pasado cinco años desde que Kagome había regresado a su época dejando a sus amigos y a Inuyasha, pero durante ese tiempo guardo un secreto el cual era que ella estaba embarazada ella juro que jamás le diría al padre de su hijo, pero cuando regre...
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La mañana se hacía presente y Nao recién despertaba en los brazos de Sesshomaru, pero algo que le pareció interesante era el cabello largo que tenía que se levantó para poder peinarlo, Sesshomaru al sentir movimiento por Nao decidió levantarse, pero para su sorpresa este se encontraba cepillando su cabello con su mano.
- Así no lucirá maltratado - dijo sonriendo.
Sesshomaru no dijo nada solo dejo que Nao hiciera lo que quisiera, pues su herida le faltaba poco para curarse por completo. Después de unos minutos Nao había terminado y Sesshomaru se levantó en busca de comida para que desayunara Nao, al regresar encontró a Nao llorando.
- ¿Por qué lloras? - preguntó dejando algo de fruta en el suelo.
- Po...porque p...pensé que me habías dejado - respondió llorando.
- Recuerda esto Nao yo te dejaré en la aldea para que busques a tu madre y jamás nos volveremos a ver - dijo partiendo la fruta.
- ¿Por qué no puedo quedarme contigo? - preguntó mirándolo.
Sesshomaru le entregó la fruta a Nao quien comenzó a comerla.
- Porque eres un niño y correrías peligro - respondió.
- Entonces cuando sea grande podré acompañarte - dijo.
- Si no mueres antes -
Nao sonrió nuevamente y Sesshomaru le dió una leve sonrisa que hizo que brillarán los ojos del niño, después de unas horas más la herida de Sesshomaru se había cerrado por completo.
- Vámonos ahora Nao - dijo.
- ¡Sí! - exclamó entregándole su mano.
Sesshomaru no entendió lo que Nao quería y Nao sonrió para tomar la mano de Sesshomaru.
- Mamá siempre dice que no debo ir solo - dijo sonriendo.
Sesshomaru no dijo nada y sosteniendo la mano de Nao siguió caminando. En la aldea todos sabían que su sacerdotisa había regresado para quedarse con ellos, pero Kagome se encontraba llorando en los brazos de Kaede quien sabía de todo.
- Cálmate mi niña pronto Inuyasha hayara a tu hijo - decía.
- Realmente espero eso - dijo limpiando sus lágrimas.
- Tome señorita Kagome un té - dijo Rin.
- Ya eres casi todo una señorita - dijo sonriendo.
- Lo sé y pronto me casaré con Kohaku - mencionó feliz.
- De seguro Sesshomaru estará molestó - dijo sonriendo.
- El amo Sesshomaru no ha venido aquí desde hace años - dijo triste.
- ¿Por qué? - preguntó.
- No lo sabemos Jaken dijo que se había ido de las tierras por un tiempo, pero han pasado cinco años desde que no lo vemos - respondió Kaede.
- Entiendo - dijo triste.
En el bosque Sesshomaru y Nao estaban cerca de la aldea cuando el repentino olor de Kagome invadió el olfato de Sesshomaru que lo hizo detenerse.
- Nao sigue este camino derecho yo debo irme - dijo mirándolo.
- ¿Ya no te volveré a ver? - preguntó triste.
- Tal vez algún día nos veamos - respondió.
- ¡Lo prometes! - exclamó.
Sesshomaru asintió y Nao sonrió sancando de su pequeña bolsita una flores.
- Esto es por cuidarme - dijo entregándose las - Nos vemos -
Sesshomaru miro al niño desde lejos por si algo le pasaba hasta que lo perdió de vista miro las flores iba a soltarlas, pero por una razón las guardó para dirigirse al pozo dónde provenía el olor de Kagome, al llegar se acercó pero no había nada solo el olor abundante de ella.
- Así que después de tanto años vuelves a aparecer - dijo con enojó.
Sesshomaru no dijo nada solo miro el pozo y se alejó, pero Inuyasha se posó frente a él.
- Eres un maldito sin vergüenza - dijo molestó.
- Aléjate de mi o lo lamentaras híbrido - dijo serio.
- ¡¿Crees que te tengo miedo?! - preguntó serio.
Sesshomaru se acercó peligrosamente a Inuyasha y este sintió un poder demaciado grande que emanaba de él que lo hizo alejarse.
- ¡¿Qué eres tú maldito bastardo?! - gritó.
Sesshomaru no respondió y se marchó dejando a Inuyasha preocupado por las palabras de aquella mujer de hace cinco años.
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