Séptimo año: San Valentín 1978

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Lunes 13 de Febrero, 1978

—Sabes, —Lily bostezó, —Otros novios puede que pasen la noche antes del Día de San Valentín para planear algo lindo para sus novias, en vez de un asalto a otros estudiantes.

—Pensé que lo estábamos llamando una broma práctica, Evans, —Sirius le guiñó un ojo. —De todas formas, ¿cómo sabes qué están haciendo los otros chicos? Nosotros somos los únicos chicos que conoces, y estamos haciendo esto.

—Touchè. —Lily le sacó la lengua desde donde estaba sentada cruzada de piernas en la cama de James.

—Y, —dijo James, sentándose en el piso junto a Remus, doblando envoltorios tan rápido como Remus se los entregaba, —¿¡Cómo sabes que no he planeado algo lindo de antemano!?

—¿Cuándo tienes tiempo? —ella se encogió de hombros, —Cuando no estás conmigo estás jugando quidditch.

—Puedo hacer más de una cosa a la vez, —dijo, altivamente, con un brillo travieso en sus ojos.

Remus le dedicó a James una mirada descarada. Tampoco podía llevar la cuenta del tiempo libre de James, pero era mejor nunca subestimar a James Potter.

—¿Qué hay de ti, Pete? —preguntó Mary, sentada al otro lado de James, cuidadosamente apilando los envoltorios que él le entregaba y tachando nombres de la lista, —¿Grandes planes para mañana?

—Nop. —Respondió Peter, tristemente.

Estaba acostado sobre su estómago en su cama, frenéticamente completando notas de Encantamientos para el día siguiente. Le había lanzado algunas indirectas a Remus sobre copiarle, pero Remus había fingido no captarlas y eventualmente el pobre de Wormtail se había rendido y se había resignado a solo hacer un trabajo pobre.

—¿Qué hay de Dorcas? —presionó Mary.

—Me dejó.

—Aw, pobrecito. —Ella se compadeció, —Por lo menos no seré la única soltera.

—¿De verdad? —Peter levantó la mirada, con esperanza.

—Sep, dejé a ese estúpido Hufflepuff. —Mary asintió, agachada frente a su trabajo.

—Oh bueno, si te gustaría cenar, tal vez... —empezó Peter. Mary negó con la cabeza,

—Oh no, lo siento Pete, estoy triple reservada de por sí; será un milagro si ninguno de ellos se topa con el otro.

—Oh. —Peter volvió a su tarea, luciendo aún más deprimido que antes. Lily ahogó una risita, pero Mary parecía inadvertida.

—Anímate Pete, aún te queremos. —Ofreció Remus, tomando el último envoltorio y entregándoselo a James. —Padfoot y yo cenaremos contigo.

—Entonces será básicamente igual que cualquier otra noche del año. —Bromeó Sirius.

—¿Ustedes dos no harán nada, entonces? —preguntó Mary, casualmente.

Se sintió como una pregunta controversial, de todas formas, y Remus encontró difícil de ignorar las miradas que se estaban dedicando entre sus amigos ahora. Levantó la mirada hacia Sirius y dijo, muy firmemente:

—Ni siquiera lo pienses.

El rostro de Sirius se transformó en una sonrisa.

—Creo que el Día de San Valentín es la idea del infierno de Moony.

—Exacto. —Remus asintió, solemnemente. Deja que las chicas tengan flores y corazones. Tenía suficientes otras cosas pasando en su vida, muchas gracias.

All the Young Dudes 5-7Where stories live. Discover now