Quinto año: Imperdonable

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Remus, James y el Sr Potter corrieron hacia él enseguida. Remus colapsó en sus rodillas, alcanzando a Sirius primero. Estaba acostado boca abajo, su cabello negro se derramaba como sangre en la alfombra roja. Remus ni siquiera lo pensó, solo lo volteó. Su rostro estaba pálido, sus ojos cerrados, pero estaba vivo. Sí, Remus podía escuchar el corazón de Sirius, latiendo fuertemente detrás de sus costillas. Podía oler el hedor del miedo, mezclado con adrenalina.

—¿¡Sirius!? —James estaba ahí también, presionando su cabeza contra el pecho de Sirius para escuchar,

—Está vivo. —Dijo Remus, su voz sonaba extraña. Aún estaba agarrando los hombros de Sirius, donde lo había volteado, no podía dejarlo ir, sus manos empuñaban las finas túnicas de terciopelo.

—¡Effie! —gritó el Sr Potter, —¡Rápido! —se agachó hacia Sirius, —Atrás, niños, denle un poco de aire...

—Mmm. —Sirius se movió, levemente, sus pestañas se movieron, pero nada más.

—¿Qué le pasa? —Remus preguntó a la habitación, desesperadamente. El Sr Potter lo estaba guiando para que se alejara, tenía que dejarlo ir. Gateó hacia atrás, como un cangrejo mientras la Sra Potter se apresuraba. Sabía que sus piernas no se levantarían, aún no.

Euphemia Potter estaba en la alfombra en segundos, ubicando la cabeza de Sirius en su regazo. Debió haber hecho otro ruido, porque ella empezó a susurrarle, cosas pequeñas y dulces;

—Shhh ahora, amor, estoy aquí, estás a salvo, shhh...

Remus sintió que sus ojos se inundaban, acercó sus piernas bajo su barbilla y envolvió sus brazos alrededor. ¿Qué estaba pasando? Miró a James, sentado al lado opuesto en el suelo de la sala de estar, igual de shockeado, igual de aterrado. Hubo un distante *CRACK* afuera, y el Sr Potter dejó la habitación, volviendo con Dumbledore momentos más tarde. Parecía traer el frío consigo; Remus sintió como un escalofrío se asentaba en sus huesos a pesar del fuego que seguía chisporroteando.

—Moody está afuera, —dijo el anciano al padre de James, —Encantamientos de protección, todo en su arsenal. Nadie más vendrá aquí esta noche.

Bien. Pensó Remus. Bien. Enciérrennos a todos aquí, nunca dejen a nadie acercarse a él de nuevo.

—¿Cómo está, Effie? —Dumbledore se acercó a la Sra Potter, quien todavía estaba sujetando a Sirius. Estaba realizando un tipo de magia, sus ojos estaban cerrados, su varita se movía por el cuerpo inconsciente del chico, sus labios se estaban moviendo rápido sin generar ningún sonido. Eventualmente levantó la mirada, más conmocionada de lo que Remus la había visto, con rabia ardiendo en sus ojos.

—Vivirá. —Dijo. —Necesita descansar.

—¿Fue...? —el Sr Potter lucía nervioso. La Sra Potter cerró sus ojos de nuevo, y asintió.

Cruciatus.

James cubrió su rostro con sus manos. Remus solo se sintió vacío – como si todo lo que le hacía sentido se hubiera escurrido. La maldición de la tortura.

—Niños. —Dijo el Sr Potter repentinamente, de forma brusca, mirando a James, luego a Remus, —Sé que se quieren quedar pero necesitamos que vayan a la cama, justo ahora. No hay nada que puedan hacer por Sirius de momento.

—¡Pero papá! —empezó James, poniéndose de pie temblorosamente. También tenía lágrimas en sus ojos.

—¡James! —dijo la Sra Potter desde el piso. —No. A la cama.

Ella no gritó, pero cada hombre en la habitación pareció encogerse, levemente. No se atreverían a desobedecerla.

Remus no estaba seguro de cómo se puso de pie, si es que Dumbledore lo ayudó, o si lo hizo por sí mismo. Tampoco estaba seguro de como dejó la habitación en la que estaba Sirius. Parecía que horas más tarde estaba en el descanso de las escaleras del primer piso, con James. Gully estaba encendiendo velas por la casa, moviéndose silenciosamente. Los retratos junto a las escaleras estaban durmiendo. James abrió la puerta de su habitación, y Remus entró sin una palabra.

All the Young Dudes 5-7Where stories live. Discover now