Verano 1977 (Parte 4)

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El resto de la semana en Cornwall pasó en un completo torbellino, hasta donde Remus y Sirius concernían. Pasaban largos días en la playa y en las colinas, vagando a través de pintorescos pueblecillos, explorando cuevas y bebiendo en el jardín del pub. Cenaban exclusivamente empanadas, pescado y patatas fritas y helado, y en la noche... oh, las noches eran lo mejor de todo.

Durante el día, si los otros estaban alrededor, patearían una pelota de un lado al otro en la arena, o Remus consentiría caminar un poco en el borde de la playa, jeans enrollados y mangas largas firmemente encima. Si eran solo ellos dos, entonces enrollaría sus mangas a la altura de sus codos, exponiendo antiguas cicatrices, y Sirius se transformaría en Padfoot y jugarían a lanzar y perseguir ramas y su propia cola. Y a menudo conseguían estar solos, porque todos los demás parecían querer seguir escabulléndose.

Lily y James eran los peores, cuando no estaban discutiendo se estaban besando gratuita , y lánguidamente.

—¡Se supone que son prefectos! —les gritó Mary, después de la tercera noche, encontrándolos prácticamente horizontalmente frente a la fogata.

—¡Oh, como si no te hubiera atrapado a ti cientos de veces en mis rondas! —Lily rio, levantándose y arreglando su ropa de todas formas. —Y a ti, Black, entonces puedes dejar de mirar.

—¿Qué? —Sirius pestañeó, inocentemente.

Estaba llevando de vuelta un bowl de haberlo lavado en el bloque de duchas. Remus había estado bastante sorprendido por eso, Sirius se había voluntariado para lavar los platos todas las noches hasta ahora (—Me gusta bastante hacerlo, de la forma muggle, —le había confesado, en secreto, —Madre solía obligarnos a hacer el trabajo del elfo doméstico como castigo a veces, pero yo solo lo encontraba relajante, honestamente.)

—No me involucres a mí en tus sórdidas escapadas, —estaba diciendo Sirius, mojigatamente, dejando abajo la cubeta. —He sido un perfecto caballero todo el viaje.

—No estoy convencida que no te has estado escabullendo con alguna chica muggle en el pueblo. —Dijo Marlene. Estaba acostada en una toalla en su ropa interior, tomando sol. Su cuerpo era bastante largo y muy pálido.

—Como te atreves, —Sirius la golpeó con su toalla de cocina, haciéndola soltar un gritito y fruncir el ceño, —He ido a la cama temprano cada noche, ¿no es cierto, Moony?

Remus se atoró en las galletas que había estado comiendo, y James lo tuvo que golpear en la espalda un par de veces antes de recuperarse. Pagarás por eso más tarde, Black, fulminó a Sirius, con sus ojos vidriosos.

Una vez que James se había calmado sobre el 'Evento Lily Evans' (como Sirius lo había llamado, a sus espaldas) lo suficiente para pensar bien, había estado sorprendido de que Sirius y Remus ahora estaban compartiendo una tienda, y sospechaba, por todas las razones erróneas.

—¿No van a empezar a pelear de nuevo, ustedes dos? Saben que solo se provocan en tan corta proximidad...

—Tienes razón, Prong, —dijo Sirius, animadamente, —Tú duerme con Moony y yo compartiré con Evans.

Eso puso un final a esa línea de cuestionamiento, pero no a la repentina sobreprotección de James por Remus. Era amable, seguramente nada de que quejarse, pero un poco incómodo. Remus nunca había tenido algún tipo de figura de un hermano mayor, a menos que contaras a Ste o Craig, quienes le habían enseñado a robar y a beber y a golpear apropiadamente, pero James ahora parecía estar determinado de hacer su mejor, torpe intento de buen corazón. A mitad de la semana, Remus estaba un poco sorprendido de que nadie había mencionado la confesión que había hecho la primera noche. No era que quisiera que alguien hiciera un escándalo, o dijera algo astuto o ambiguo, pero... aun así. ¿Absolutamente nada? Sacó el tema con Sirius en un momento tranquilo, y él se rio.

All the Young Dudes 5-7Where stories live. Discover now