Séptimo año: Domingo en la tarde

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Domingo 29 de Enero, 1978

—¿Moony?

—¿Mmm?

—Es pasado medio día...

—¿Y?

—¿Pensé que querrías levantarte?

—...no gracias.

—¿Puedo entrar?

—...no.

—... está bien, entonces. —Sirius empezó a marcharse, y el estómago de Remus se volteó.

—Lo siento. —Dijo, lo suficientemente fuerte para que Sirius escuchara, y se detuviera. Remus finalmente trepó fuera de las mantas. —Sí te quiero aquí, solo no sé qué decir.

Podía oír a Sirius moverse inquieto, sus manos en sus bolsillos, luego pasando por su cabello. Finalmente.

—¿No tenemos que hablar?

Remus suspiró. Él era un desastre; no se había bañado apropiadamente desde el Miércoles, y solo había salido de la cama para usar el baño. Los otros chicos lo habían estado alimentando pasándole comida por los espacios entre sus cortinas, y si no lo hubieran hecho Remus no estaba seguro si hubiera comido en absoluto. Estaba en el peor estado que había estado en su vida. Pero extrañaba a Sirius.

—... está bien entonces.

Las cortinas se abrieron y Remus entrecerró los ojos contra la brillante luz diurna, pero Sirius trepó dentro rápidamente, cerrándolas de nuevo. Miró a Remus, pero no tan intensamente antes de acomodarse junto a él, envolviéndolo en sus brazos.

—Gracias, —respiró contra el cabello de Remus, —por dejarme entrar.

—Supongo que debo apestar.

Sirius inhaló profundamente, haciéndole cosquillas en la frente a Remus y haciéndolo retorcerse.

—Nop, solo hueles a Moony.

—Quítate, pulgoso. —Remus se retorció alejándose de él.

—¿Tienes ganas de levantarte pronto? Todos están preocupados. Y me están mirando a mí ahora, como si yo supiera que hacer, porque todos saben de nosotros, lo que es raro, y es bastante presión, realmente.

Remus soltó una risita, y se sintió extraño, pero bien. Aun así, tenía un episodio melancólico que mantener.

—Aún no tengo ganas de levantarme.

—Vale, entonces vas a tener que dejar que me esconda aquí contigo, porque no volveré ahí afuera.

—Sirius.

Remus. —Sirius le frunció el ceño, exagerando sus cejas para lucir estúpido.

—Basta. —Remus se cruzó de brazos, consciente de que empezaba a sonar como un niño lloriqueando.

—No pararé. —Sirius lo picó con sus dedos en las costillas, —Vamos, sé que te sientes como la mierda sobre todo, ¿pero consideraste que no tienes que acaparar toda la miseria así? ¿Que tal vez si hablas con tus amigos podría parecer todo no tan desolador?

Remus le frunció el ceño, aún con los brazos cruzados.

—Tal vez eso funciona para ti...

—¿Estás diciendo que esto te está funcionando?

Remus presionó sus labios. Se miraron por un minuto. Remus empezó a pensar que le gustaría bastante pelear con Sirius ahora, como lo hacían en las lunas llenas; solo porque era una forma divertida de gastar energía. Luego notó algo. Olfateó el aire.

All the Young Dudes 5-7Where stories live. Discover now