Quinto año: Dolor

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Remus durmió de más la siguiente mañana, y se hubiera perdido el desayuno si Peter no hubiera gritado su nombre alrededor de cien veces antes de irse él mismo. Mientras la puerta se estampaba, Remus dio vueltas en su espalda y observó la grieta de luz a través de las cortinas. Había dormido muy mal, y se había resignado a dormir mal cada noche hasta que se quitara esta ridícula cosa de Sirius fuera de su sistema.

La primera cosa que hizo fue dejar de pensar al respecto, se dijo severamente, saltando fuera de la cama y dirigiéndose directo a la ducha. Fría como pudiera soportarla. James y Sirius debieron haberse ido temprano a quidditch. Un recuerdo de Sirius en sus túnicas escarlata surgió; cabello hacia atrás, cara brillando, ese energético y competitivo brillo en sus ojos. Remus gruñó, y giró el pomo de la ducha desde tibio hasta congelado.

Se forzó a pensar sobre otra cosa – Encantamientos, o Aritmancia, o Historia...sí, descubrió que listar los nombres de los generales involucrados en cada lado de la Gran Revuelta de los Goblin en 1642 parecía calmarlo un poco. Le daba algo en que concentrarse de todas formas. No podías tener pensamientos lujuriosos con nombres como 'Krebshunk' y 'Frip the Disembowler' pasando por tu cabeza.

Se vistió y se bajó para desayunar. Su primera lección era Transformación, nunca podías librarte llegando tarde para McGonagall. En el Gran Salón, Peter estaba sentado en la mesa de Ravenclaw con Desdemona, y estaban teniendo un real reencuentro después de un verano muy largo separados. Remus suspiró un poco, internamente, recordando como eso se sentía. Era aún peor observar a otras parejas besándose cuando sabías lo que te estabas perdiendo.

Sirius y James estaban en la mesa de Gryffindor, ambos vestidos en sus uniformes de la escuela, pero decididamente desordenados por la práctica. Su lenguaje corporal era muy fuera de personaje; Sirius estaba dándole la espalda a James, nariz en el aire, James lucía furtivo y herido, si Remus no los hubiera conocido mejor, hubiera pensado que estaban en medio de una discusión.

Mientras se sentaba opuesto a sus dos amigos, descubrió que su primera impresión había sido correcta. Estaban sentados en un silencio estoico, y era claro que Sirius estaba siendo muy obstinado sobre algo.

—Buenos días. —Dijo Remus, tentativamente, alcanzando un poco de tostadas y mermelada.

—Buenos días, su "prefec-ción", —respondió Sirius, con una media sonrisa. Estaba derramando cucharada tras cucharada de azúcar en su avena.

—Hola Moony, —dijo James, levantando la mirada brevemente antes de volverla hacia Sirius. Se veía cansado, estresado. No le quedaba. —Sirius. —Dijo, muy seriamente.

Sirius lo ignoró.

Sirius. —Repitió James, más fuerte.

—Ahora no, Potter. Estoy ocupado.

—Estás jugando con tu desayuno. —James arrugó su nariz, —Y por favor no te comas eso, me duelen los dientes de solo mirarlo.

Remus pensó que se veía bueno, de hecho. Le gustaban las cosas muy dulces, especialmente cuando tenía mal ánimo. Se guardó su opinión para sí mismo. Mejor no involucrarse donde James y Sirius concernía.

Sirius terminó de derramar la última cucharada de azúcar, revolvió vigorosamente, hasta que la mezcla se tornó de la textura y el color de la arena. Tomó una cucharada entera, luego, haciendo contacto visual con James en todo momento, la metió en su boca y la engulló. Remus podía oír los granos de azúcar crujir entre sus dientes. James sacudió su cabeza.

—No tienes que ser así, no soy Regulus. —Dijo, malhumorado.

Sirius le frunció el ceño, luego se puso de pie.

All the Young Dudes 5-7Where stories live. Discover now