Ella se recostó en su silla y encogió sus hombros "Rachel es bonita." asentí en respuesta. "Si quieres saberlo, Camila Cabello, tú, chica metiche - sí, estamos saliendo"

Sacudí mi cabeza con una carcajada. "Ay Dios"

"Quizás esta será..." ella desvió su mirada dramáticamente hacia el vacío. "... la indicada."

"Cállate" le lancé mi lápiz haciéndola reí. "Eres una rompecorazones Jauregui."

Me sonrió. "No puedes domar a esta fiera"

"Apuesto que yo si puedo"

Lauren y yo levantamos la mirada para encontrar a uno de nuestros compañeros de trabajo de pie cerca a nuestros escritorios, sus ojos hambrientos observaban a Lauren de pies a cabeza.

Ella se burló. "Ew, Mark."

Él se inclinó hacia su oído y le susurró algo que no alcancé a escuchar, pero por la forma en la que el rostro de Lauren se retorció, supuse que no fue nada agradable.

"Eres una completa maldita cuando no estás ebria" dijo Mark mientras se enderezaba, absteniéndose de inclinarse de nuevo sobre ella.

"Y tú eres completamente desagradable cuando no tengo alcohol en mi sistema" giró su cabeza hacia un lado mientras fingía una sonrisa. "Deberías ser un ejemplo para enseñarles a los niños a no beber. Un error de una noche y terminarán con un acosador que no los dejará nunca en paz."

El rió mientras acomodaba un mechón de cabello detrás de la oreja de Lauren. No pude evitar encogerme ante el gesto. "Yo debería ser un ejemplo?" sonrió. "Lo dice la puta de la oficina."

Lauren se retiró de su alcance sin que su sonrisa confiada se desvaneciera. "Sé muchas cosas de ti Mark." su rostro cayó. "Parece que crees que no puedo recordar todo lo que me cuentas cuando estoy ebria."

Finalmente, su penetrante mirada se desvió de Lauren e inmediatamente salió del lugar.

Fruncí el ceño al notar la forma en la que la sonrisa de Lauren se desvaneció. En unas pocas ocasiones había llegado a casa para encontrarlo a él en la cama de mi mejor amiga, y en ninguna de esas ocasiones ella estaba sobria. Mark era una debilidad para ella, y a decir verdad, Lauren no tenía muchas. Por supuesto, ella jamás dejaría que él lo supiera. De hecho, ella nunca dejaría que nadie supiera que Lauren Jauregui tenía una debilidad.

-

"Vendrás conmigo a casa?" le pregunté a Lauren mientras todos en la oficina empacaban sus cosas.

Ella elevó sus cejas de nuevo. "Estás avanzando muy rápido. Al menos invítame a una cita" rió al verme rodar los ojos. "No estaré en casa pa-"

Rache apareció de nuevo. Estaba comenzando a preguntarme de donde salía siempre. "Ella vendrá conmigo. Tú pasas demasiado tiempo con mi Lauren, Caitlin."

Hice una mueca. "Es Camila"

"Eso." Ni siquiera me miró.

Lauren salió de su agarre, causando que Rachel frunciera el ceño. "Te veré en casa más tarde, okay?" asentí y ella me besó en la mejilla. "No me esperes despierta Cristina - no, Caitlin - no, no, espera, es Camila" rió y no pude evitar unirme a sus carcajadas. Ella escogía las peores chicas y lo sabía. "Te quiero Camz"

"Aja, como sea." sonreí. "También te quiero."

Rachel me fulminó con la mirada cuando iban saliendo y pude sentir como mi sonrisa crecía.

Las novias de Lauren usualmente estaban celosas de nuestra relación y creo que no las culpaba por eso. Ellas querían tener la misma cercanía que yo tenía con Lauren, pero no había forma de que eso le pasara a alguna de ellas y lo sabían. En todo este tiempo sólo había escuchado a Lauren decirle "Te quiero" a una persona y esa era yo, lo cúal me hacia sentir especial - sobre todo cuando lo decía delante de sus novias fastidiosas.

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