23° Blanco y negro

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Akem

Verla dormir plácidamente sobre mi pecho es algo que me llena de satisfacción, quien iba a pensar que yo el Boss de la bratva muestre sentimientos a otra persona que no fuera mi madre. Pero aunque me cueste aceptar esta sensación de miedo, me frustra sentir que tarde o temprano la vaya a perder. Algunas personas dirán que estoy loco que no me puede gustar alguien de la noche a la mañana, que supuestamente eso no es normal; y eso es algo en lo que nunca en mi vida he estado vinculado, jamás he tenido una vida normal.

El puñetero sonido de la máquina que dicta el ritmo cardíaco de Arabella, no me ha dejado pegar ni un solo ojo; ya han pasado seis horas desde que ella se quedó dormida entre mis brazos. Busco la manera de acomodarme pero no la quiero lastimar ni despertar.

— Muñeca ya es hora de....

— ¡Sshh! — me coloco el dedo entre los labios —. Está descansando — miro a mi diosa.

— Si ya me di cuenta. — me sonríe —. ¿Tenéis algo con ella? — me mira curioso.

— Es algo confuso lo que tenemos. — le aclaro —. Para ella soy solo sexo. Y no la culpo, fui yo quien confundió todo.

— Entiendo. — me mira comprensivo —. Arabella puede ser una mujer fuerte de carácter pero tiene un corazón de oro, ¿te confieso algo? — me mira.

— Por supuesto. — digo inmediatamente.

— Me gusta ver ese brillo en tus ojos cuando ves a mi muñeca. — le da un vistazo a Arabella —. Ella no ha tenido suerte en el amor, ese es unos de los motivos de que ella sea así. No voy a permitir que la lastime señor Ivanov, usted puede tener todo el dinero del mundo pero jamás una mujer como ella.

— Tenlo por seguro que buscaré la manera de no lastimarla. — lo miro serio —. En un abrir y cerrar de ojos, se convirtió en una nueva motivación a mi vida.

— Me alegro oír eso — me da una leve sonrisa —. Me paso más tarde para chequear y hacerle los estudios.

— Está bien —digo sin más.

Franco sale de la habitación, en un movimiento rápido busco comodidad en la angosta cama de hospital; Arabella abre los ojos levemente.

— ¿Cuántas horas han pasado? — bosteza.

— Unas seis horas principessa — le sonrio —. ¿Cómo te sientes?.

— Como si me hubiera arrollado un tren — se ríe — pero esto no es nada, mientras que yo me quede acostada guardando reposo me volveré loca y ahí sí me enfermaré, pero de la cabeza.

— Diosa, tenéis que recuperarte para poder follar — le digo en el oído con voz seductora, aprecio como su piel se eriza — me lo debes.

— Yo no te debo nada, idiota — rueda los ojos.

En ese momento aparece en la habitación la misma rubia que vi en mi club, ella al notar mi presencia palidece.

— Bue.. ¡Buenas tardes!. — carraspea —. Amiga me acabo de enterar por Iván lo que te sucedió, ni siquiera Franco tuvo la decencia de llamarme — dice ofendida — ¿Cómo sigues? ¿te sientes bien? ¿necesitas algo?.

— Respira parce — sonríe Arabella —. Me encuentro diva y poderosa como siempre — se encoge de hombros —. Chiara te presento al señor Akem Ivanov — Arabella mira de una forma extraña a su amiga.

— Chiara Bolat, un placer — me sonríe.

— ¿No te llamabas Fiorella? — enarco una ceja —. O bueno eso creo.

Se ríe nerviosa —. Así me dice mi otra amiga, ¿Te acuerdas de Claudia? — mira a Arabella y ella asiente —. Bueno el viernes fui con ella a un club, el cual hizo una presentación de pole dance y el señor aquí presente —- me señala — le estaba proponiendo una oferta.

¡Es que yo la mato!

¿Qué oferta?, Claro si puede saber — indaga seria.

— Le pregunté cuánto cobraba por un baile privado — Arabella me puede gustar, pero eso no significa que no tenga ojos para apreciar a tan sensual mujer —. Pero no pasó nada — digo sin importancia.

— ¿Ósea que luego de qué ella te rechazara, me viste como plato de segunda mesa? — frunce el entrecejo —. Definitivamente existe el cinismo.

— Te equivocas — me levanto de la cama — una cosa es que me hiciera un baile privado a tener sexo con ella — ruedo los ojos — ¿acaso estás celosa?.

— ¡JA! — se burla — ¿yo celarte a ti? — pregunta incrédula —. Como si fueras la última botella de agua del desierto — se ríe — mira mi lindo nosotros follamos a penas una sola vez, ¿qué fue de maravilla? Si, no te lo voy a negar, pero eso es todo, puro sexo sin sentimientos.

Siempre me han gustado las personas directas, pero que Arabella me lo diga sin anestesia hace que me moleste un poco. Me molesta querer a una persona y no ser correspondido, hace apenas unas horas sin querer le dije que la amaba pero por lo que veo no lo escuchó o no se acuerda.

— Será como usted diga — coloco mi cara de kholodnost —. Que pases un felíz cumpleaños.

Y sin mirar atrás salgo del hospital, eso es lo que ella quiere, eso obtendrá de mí. No le voy a rogar a alguien cuando varias quieren estar en su lugar.

¡Ella se lo pierde!. Con pocas palabras Arabella hizo que esa llama que había encendido la convirtiera en un panel de hielo. Ella dice blanco y yo digo negro.

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Traducción:

Kholodnost: frialdad

CENIZAS +18 [1] ✓ [Borrador]Where stories live. Discover now