28° Sanguinario

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Akem

Ya ha pasado una semana desde que Arabella la diera de alta. Estos siete días han servido para conocernos más, para saber que nos molesta y que no, para identificarnos como pareja. Ella ha estado muy abierta en el sentido de los sentimientos; me platicó todo lo que pasó cuando estaba en la prepa, ese tal Richard Méndez ya lo mandé a investigar. Se que todo lo ocurrido le pasó cuando yo no había llegado a su vida pero por culpa de ese infeliz mi pequeña a veces se siente un poco insegura. También hablamos sobre nuestra diferencia de edad, ella tiene 27 años mientras que yo tengo 36; dentro de una semana y media 37 años.

Tenemos una diferencia de diez años, a los dos no nos importa lo que piensen los demás. Lo que me cuesta comprender es que una chiquilla de esa edad tenga mi mundo patas arriba. Arabella es una mujer tan terca que hoy miércoles se fue a trabajar.

— Akem yo puedo hacer mi vida normal — me explicó — solamente voy hacer consultas para no estar en el trajín en emergencia.

— ¡Por Dios principessa! descansa unos días más, deja de ser tan terca en la vida y hazme caso — le reclame.

— Que seamos pareja no significa que tengas algún poder sobre mi, dije que iba a trabajar y eso mismo haré joder — se volteó y la vi desaparecer de mi vista.

Esa pequeña discusión ocurrió hace aproximadamente 3h. No la he querido llamar para que no sienta que la asfixio. Ahorita estoy en un galpón abandonado, unos de mis hombres le dió información de la bratva a los de la mafia española. La regla número uno de esta asociación en no traicionar a los tuyos pero ese imbécil prefirió mil veces el puto dinero que su propia vida y familia. Le dije a Boris que encontrara a la mujer de esa rata y la amarrara a una silla. Ella también me traicionó así que ese par irán con pase VIP al infierno. Él va a vivir en carne propia como su mujer será maltratada por su propio jefe.

Veo como el idiota está inconciente y su mujer está temblando del miedo. Agarro un balde de agua fría y se la hecho.

— ¿Qué mierda te pasa imbécil?. — se despierta sobresaltado.

— ¿Qué me pasa?. — pongo una mano en mi barbilla —. Mmm no lo sé, ¿Será que estoy así por que quiero divertirme un poco o por que me traicionaste?.

Él traga saliva y sin esperarlo le meto un puñetazo en toda la boca del estómago, comienza a escupir sangre; le doy otro golpe pero en toda la cara y le reviento la nariz. Su mujer empieza a implorar que no les haga daño.

— Pero que casualidad suka — me rio — así mismo imploraba tú suegra para que no la mataras. ¿Tú sabías eso Ezequiel?.

— Como pudiste hija de la gran puta — increpa furioso — me viste todo un maldito mes emborracharme por su muerte y tenía a mi peor enemiga en mis propias narices — la mira con desprecio — no sabes cuanto te detesto maldita y mil veces maldita — grita.

— Si crías cuervos no sacarán los ojos querido Ezequiel — me encojo de hombros — ya resolverán sus problemas en el infierno.

Boris me pasa un corta corcho, lo agarro y se lo muestro a la suka con una sonrisa.

— No sabes como me voy a divertir.

Cojo su mano, paso el objeto lentamente por sus nudillos. Ella se sacude pero su fuerza no se compara con la mía. Abro el corta corcho y lo coloco en su dedo corazón, hago tanta presión que se oye su hueso crujir. Me excita hacer sufrir a los demás así que hago más presión y su dedo cae en el suelo. Sale sangre a chorros; veo mis manos llenas de sangre y me lamo un dedo. Esa sangre sabe asquerosa por lo que la escupo.

— Ni para satisfacerme me sirves. — le doy una cachetada.

Levanto el dedo del suelo y se lo meto a la fuerza en la boca a Ezequiel. Él trata de escupirlo pero le cierro la boca con fuerza impidiendo que la abra. No le queda de otra que masticarlo y tragarlo. Su rostro es de total disgusto y más que él es vegetariano.

— Espero que te haya gustado tú almuerzo. — me burlo.

— Te lo suplico, no me hagas daño — Implora — si quieres matala a ella pero a mí no me hagas nada.

— Te la tiras de macho Alfa pero cuando tienes que afrontar el problema te orinas en los pantalones. — Lo miro —. Me da vergüenza saber que perteneces a la brava. ¡Boris! — Lo llamo — tengo otros asuntos que atender así que acabaré con esto de una vez por todas.

El saca de un bolso un cuchillo bien afilado y me lo pasa. Voy a la dirección de la suka y me sitúo detrás de ella.

— Ezequiel, soy un hombre tan bueno que te voy a dar el regalo de ver morir primero a está basura. — y sin más paso el filo del cuchillo por toda su yugular.

El muy idiota de Ezequiel le sale un par de lágrimas.

— No llores amigo — sonrío macabramente — ya se volverán a encontrar. — saco la pistola que tenía por detrás y jalo el gatillo cinco veces dejando su cara irreconocible.

— Boris descuartizarlos y luego echalos en el balde con ácido, no quiero que queden evidencias.

— Como usted ordene boss.

Me dirijo al baño que está allí, me lavo las manos y me cambio de ropa. Me encamino para salir del galpón, voy al maletero saco un galón de gasolina; lanzo la ropa a un bote de basura, le echo la gasolina y enciendo un fósforo. No puedo dejar nada de evidencia; cuando voy a entrar al coche mi móvil suena en mi pantalón, lo saco y veo que es un número desconocido.

— Bueno. — respondo seco —. ¿Quién habla?.

— Que alegría volver oír tu voz Rebenok. — quedo inmóvil al escuchar su voz.

— ¿Papá? — pregunto.

— Él mismo. — se ríe.

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Traducción:

Rebenok: Hijo

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