20° Afortunado

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Akem

Ya han pasado dos días del atentado de Arabella, por los momentos está estable; pero para ser sincero necesito a mi diosa, la mujer arrogante que no se inmuta por cualquier cumplido. No me quería separar de ella pero tengo otras obligaciones que necesitaban mi supervisión.

Tocan la puerta y entra mi secretaria Renatta, ella es una morena muy simpatica, cabello castaño oscuro, ojos negros y un cuerpo voluntoso. He tenido sexo con ella, más que todo cuando estoy estresado.

— ¡Buenos días señor! — entra con una camisa blanca escotada en la parte de los senos y una falda de tubo negra— ¿le traigo el café primero o le digo los asuntos pendientes? — dice con una sonrisa coqueta.

— Los asuntos pendientes — le digo, ella cambia su postura a una más formal —. ¡Ahora Vanesa! — le grito — no tengo todo el día.

— Sss... si señor — carraspea — unas de las máquinas que procesa varios fármacos se averió — enarco una ceja — es decir, que necesitamos su aprobación para el nuevo pedido.

— Sabes perfectamente que es algo necesario, no necesitabas mi autorización, por eso tengo un móvil para que me informes de todo cuando no estoy. — ruedo los ojos — ¿Es todo?.

— Tiene una videoconferencia a las 10h con el vicepresidente de la sucursal de Francia — dice viendo su tablet.

— ¡Mierda! se me había olvidado — agarro unos papeles que están en una carpeta.

— Y también usted dijo que hoy iba a hacer una reunión con todos los jefes de departamento.

— Muy bien, ya puedes retirarte — ella se voltea da dos pasos hacia la puerta, pero se vuelve a girar.

— Se me olvidaba — revisa algo en la tablet —. Dentro de tres semanas el príncipe de España va a celebrar una fiesta de disfraces, a la cual usted ha sido invitado.

— Pero que ridiculez — me burlo — rechaza la invitación, no tengo tiempo de tonterías.

— Como usted ordene — me sonríe y se va

Lo que me faltaba, yo Akem Ivanov disfrazado.

[...]

Hoy fue un día largo, luego de ver a Arabella me vine directamente a mi ático. Me encuentro con un trago de Whisky en el minibar, tuve que mandar a colocar el cristal de la ventana a prueba de balas. Tengo impotencia de no saber quien coño le disparó a mi pequeña.

Voy hacia el piano, espero que tocar un rato me despeje la mente; me siento en el taburete y comienzo a tocar.

Love story es una melodía nostálgica, llena de puro sufriendo por un amor imposible, últimamente no entiendo que pasa por mi mente para tocar estos tipos de melodías; sin embargo desde que la conocí a ella me volvió la inspiración, mi musa . En mi mente pasa como un flashback el día que la conocí, por estar distraído casi arrollo a esa preciosidad de mujer, ver el susto en su mirada esperando el impacto hizo que mi pecho se sintiera raro. Quizás me estaré volviendo loco pero esa mirada tan profunda de color azul como el océano Atlántico me pareció verla visto antes.

Sacudo esos pensamientos de mi cabeza y sigo tocando. Antes de que pasara el atentado, aprecié su hermosa voz; esa forma de cantar y expresarse me hipnotizaron. Arabella tiene una diosa interna, es como si hubiera reencarnado en ella.

Es una diosa espectacular.

Tenía pensado también ese día establecer algunas reglas, como por ejemplo "exclusividad". Ella es mía y solamente mía, aunque no me la he comido a mi antojo, y no es tanto eso, antes tenia la teoria que para gustarte una persona el sexo tenia que ser lo principal pero con ella, con ella todo es distinto; con tan solo tener el honor de tenerla, ya lo tengo todo. Termino la melodía, me levanto del taburete; cuando me encamino a mi recámara suena mi móvil, miro extrañado el número ya que no lo tengo registrado. Ignoro la llamada, pero telefonean unas cinco veces más hasta que contestó.

— Ivanov, ¿Qué quiere? — digo con fastidio

— Eres igualito a mi — se burla el que está al otro lado de la línea, no puedo reconocer la voz porque está distorsionada.

— ¿Qué hijo de puta me está llamando y de paso a estas horas de la noche? — espeto cabreado.

— Muy pronto lo sabrás — ríe antes de colgar.

Nunca me había llamado un número desconocido, le paso el número a Boris para que lo investigue. Voy a la ducha para luego irme a dormir, mañana a primera hora voy a ver a mi diosa.

[...]

Me la quedo viendo, está ahí acostada como si fuera la bella durmiente.

¡Que patético te escuchaste!. Me recrimina mi subconsciente.

Ella ha descongelado un poco este corazón tan frío, una vez mi madre me dijo:

Mi niño y dulce hijo, ¿cuándo dejarás que entre un poco de amor a ese corazoncito tuyo?.

— Ya mamá deja de hablarme como si fuera un bebé y no necesito amor de nadie.

— Eres mi hijo y te hablo como me dé la gana jovencito — me regaña —. Se que algún día llegará a tu vida una mujer que derrita ese corazón tan frío y cuando ese día pasé te consideraras un hombre afortunado, porque el amor llega una vez en la vida, pero eso si, tratala como el pétalo de una rosa, con mucha delicadeza. Porque una mujer enamorada se deja llevar por muchas cosas pero una mujer herida, es capaz de destruir todo a su paso. Necesito nietos, hijo, no quiero ser una abuela vieja y arrugada.

Creo que mi madre tenía razón, me siento afortunado por tener a una mujer como Arabella en mi vida, no quiero ser padre todavía y ella no quiere una relación, mucho menos un bebé.

— ¡Hola principessa! — sonrio —. Despierta de una puta vez, ya estoy cansado de ver tus párpados y no tus ojos azules — le reclamo —. Se que eres fuerte joder, pero necesito que me insultes, que me dejes con la palabra en la boca y traerte a mi lado cada vez que quieras alejarte con cualquier imbécil — le agarro la mano —. Sé perfectamente que cuando despiertes tal vez me culpes por lo que pasó, pero te juro que buscaré hasta por debajo de las piedras quien le hizo daño a mi diamante más preciado, porque eso es lo que eres, un diamante que brilla con luz propia. — aprieto su mano —. También se que no quieres una relación con nadie, que quieres vivir tu vida soltera y sin compromiso, yo apoyaré cualquier decisión que tú elijas, pero no me dejes y me apartes de tú lado. ¡Despierta!, ese sería el mejor regalo de cumpleaños para ti.

Coloco mi frente encima de su muñeca, siento un leve apretón de su mano; inmediatamente levanto la vista y Arabella, mi Arabella está moviendo su mano.

— Mi diosa, estoy aquí ven conmigo — le exijo.

Pero así como la movió a los pocos segundos dejó de hacer esa función. Por lo menos ya es un avance, me volteo para salir de la habitación pero su voz me detiene.

— ¿Huyendo de mí, gilipollas?. — dice con apenas una sonrisa.

CENIZAS +18 [1] ✓ [Borrador]Where stories live. Discover now