17° Nunca debió pasar

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Akem

Voy conduciendo a toda mecha, Arabella ha dejado de delirar; le coloco dos dedos en el cuello para tomarle el pulso y no se siente nada.

¡No me puede dejar joder!.

Hago lo mismo con su muñeca, nada, acelero más; pasandome por los huevos los semáforos. Llegamos al hospital y Boris me está esperando afuera. Salgo del coche, corro hacia el lado del copiloto y cargo a mi diosa. Boris corre hacia mí.

— ¿Qué pasó hermano? — dice preocupado.

Lo ignoro totalmente, me adentro en emergencia.

— Por favor, necesito una camilla — grito desesperado. — Soy el puto dueño asi que muevanse sino quieren que los corra a todos.

Veo un hombre castaño acercarse a mi corriendo.

— Muñeca — le toma el pulso — traigan la puñetera camilla joder.

Dos camilleros se acercan y pongo a mi principessa en ella.

— Llevenla a quirófano de una vez, denle los primeros auxilios mientras me preparo para la cirugía — grita ese hombre — después usted — me señala con un dedo — me dirá que coño fue lo que pasó.

Se va a paso rápido. A mi diosa de ojos azules no le puede pasar nada, ella ha encendido una llama en mí y lamentablemente para ella ya no podrá deshacerse de mí. Pero tengo que hacerlo así sea contra mi voluntad, este fue un aviso de los malditos Medinas. Mateo por dejarle un hijo en coma y Santiago por lo mismo pero a diferencia del padre, también le quite a su nueva conquista. Conquista que no le paraba bolas.

— ¿Ahora si me vas a decir que pasó? — Boris me coloca una mano en el hombro.

— La he cagado, esto son unos de los motivos por los cuales no me encapricho con nadie, ya que por ser el ojo del huracán siempre verán a los que están a mi alrededor — me encamino hacia una silla y me siento — joder ella no tiene la culpa de nada y se perfectamente que fueron esos hijos de puta.

— Yo también presiento que fueron los Medinas — se sienta al lado mío — pero me puedes explicar ¿Quién es ella?.

— ¿Te acuerdas cuándo te dije qué casi atropello a una mujer? — él asiente — pues es ella, juntamente ese día por la tarde me la encontré en este mismo hospital cuando fui a ver a Sebastián; ella es doctora de cirugía general.

En ese momento viene Iván Lombardi con cara de culo hacia mi dirección.

— ¿Cómo le pasó esto a mi niña? — grita — si tú tienes algo que ver con esto juro que te mato — se voltea — Dios mío no me quites también a mi reina — se agarra de la pared — es todo lo que tengo.

— Primeramente no me estés amenazando imbécil, porque tú no sabes a quién le estás alzando la voz — me levanto — ¿Tú crees que si hubiera sido yo, la traería a emergencia?.

— La trajiste sin signos vitales por Dios, en este mundo existe el cinismo.

— ¡Cállate! — lo agarro por el cuello de la bata — tú no tienes ni idea de lo importante que se ha convertido Arabella en mi vida — le grito.

Inconscientemente revelé mis sentimientos en voz alta, suelto a Iván y le doy un golpe a la pared.

— Ella no se puede ir — susurro

— Hermano mejor vamos a la cafetería, estás haciendo un espectáculo.

— Me importa una mierda que me miren — grito eufórico — de aquí no me muevo hasta saber noticias de mi mujer.

CENIZAS +18 [1] ✓ [Borrador]Where stories live. Discover now