16: ¿Qué rayos Johnson?

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Suspiré y me dejé caer en el sofá—. Enserio aquí estoy bien —sonreí.

—Cassie...

Me puse de pie y di unos cuántos pasos hasta que quedé a poca distancia de él, sus ojos verdes estaban analizándome sin perder el más mínimo detalle, su semblante era serio y emanaba un olor fresco y masculino, me incliné hacía enfrente y deposité un beso en su comisura.

Quedó perplejo y con los párpados cerrados, sonreí de costado y volví al sofá.

Jack Johnson

Cassie ya estaba dormida, no me gustaba verla ahí. Supongo que era incómodo, pues ni a mí me gustaría dormir en el sofá, pero por ella lo haría. En serio es más orgullosa que el carajo. Me levanté, la tomé en mis brazos y la dejé suavemente sobre la cama, de eso fui yo quien volvió al sofá.

¿Cómo es que ésta mujer se apoderó de mi corazón? Me preocupaba excesivamente por ella y me gustaba tenerla cerca. Podría ser una loca, hormonal, amargada y peleonera, pero es excesivamente divertido verla con los pelos de punta y con la mirada lanzando dagas, es tierna a su manera y cuando está dormida se ve preciosa, respira con tanta tranquilidad y no parece el pequeño demonio que suele ser.

Sus labios, lindos, delgados y de un rosado pálido, están presionados contra el colchón haciéndose ver una pequeña trompa. Y eso me hace recordar lo bien que besa, joder me vuelve loco.

°°°

—Jack, Jack —sentía como una mano me sacudía y ésa voz tan suave y delicada se escuchaba lejana.

—¿Umh? —gruñí.

—Despierta, ya es de mañana —dijo con su tierna voz. Eché un suspiro y abrí los ojos lentamente. Cassie estaba sentaba en el suelo a modo indio frente a mí, su cabello estaba hecho un nido de pájaros y poseía pequeñas bolsas bajo sus preciosos ojos azul.

—Me duele la espalda —me quejé y la voz me salió más gruesa que de costumbre.

Sip, el sofá es incómodo como lo imaginé.

—¿Quieres un masaje? —preguntó.

—Por favor.

—Ya que desayunemos.

Dicho eso corrió, fui detrás de ella, somnoliento y desorientado, estaba en la cocina, tenía el desayuno preparado. Eran unos waffles, y se veían exquisitos, un bowl con fruta y café, me encantaría decir que ella preparó los waffles, pero la caja vacía junto a la tostadora la delató, pero me fascinó su esfuerzo.

La miré a mi lado derecho, tenía una mirada inocente y dulce, estaba orgullosa de su trabajo—. Gracias —besé su frente.

—No hay de qué —me sonrió.

¿Qué rayos Johnson acaso te estás enamorando?

Al terminar el desayuno, subí a ducharme de eso me vestí y me dirigí a la habitación de Cassie.

—Cass, voy a salir, ¿está bien?

—Sí —sonrió desde su armario, pues parecía buscar algo que usar.

Salí de casa, subí al auto de Cassie ya que el mío lo dejó sin llantas. Me dirigí al trabajo de mi padre ya que me había llamado y avisado que necesitaba.

—¿Qué pasa? —pregunté en cuanto atravesé el umbral de su oficina.

Despegó la vista del ordenador y me miró como si Dios lo hubiera iluminado—. Hijo, es algo importante. Me pidieron ir a Hawaii por unos documentos, y no sé —vaciló—, me gustaría que fueran Cassie y tú, yo quiero cuidar a tu madre —dijo mientras giraba en su silla.

Ramé (PROXIMAMENTE NUEVA VERSION)Where stories live. Discover now