Capítulo 33. Dragón Blanco.

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Todos miraban alrededor buscando alguna señal de vida, pero la falta de uno de los vehículos sólo los orillaba a pensar en una única opción.

QingXuan lucía incrédulo. —¿Se fueron? ¿XiChen-Xiong se fue?

—Eso parece—afirmó Xie Lian al no ver a Lan XiChen por ningún lado.

Wei WuXian se había agachado en forma de cuclillas para examinar algo en el suelo. —Aquí están los casquillos de las balas—apuntó hacia los pedazos de metal regados por todas partes, después se levantó y observó sus alrededores, una sonrisa se posó en el rostro del menor—, y no veo sangre, así que en definitiva no lo mató.

Aunque era una buena noticia seguía sin ser tan tranquilizadora, QingXuan casi había entrado en crisis cuando escuchó los disparos, ya se imaginaba encontrar a un XiChen muerto y lleno de sangre o algo así. El que WuXian se lo tomara tan a la ligera le inquietaba. Ahora caía en cuenta que Jiang WanYin, en definitiva, no era ni una décima parte de lo amistoso que era Wei WuXian, de hecho, le daba miedo a QingXuan, parecía haber demasiada amargura en un cuerpo tan pequeño.

—Debemos regresar y hacer una nueva recopilación—recomendó Xie Lian al ver que su trabajo aun no terminaba. Sentía su cabeza doler, además de una opresión en el pecho, sin mencionar que su omega interno estaba demasiado inquieto, pero prefería mantener las apariencias y actuar con firmeza.

WuXian realizó un sonido expresando su inconformidad. —Necesito vacaciones.

Sin explicaciones el omega comenzó a caminar en dirección al auto de Lan WangJi, parecía que era muy en serio que Wei WuXian se iría con el alfa. Por otro lado, Lan WangJi lucía satisfecho, y tenía razones de sobra para estarlo, el no separarse de su omega claramente lo tenía de buenas.

—WuXian—llamó Hua Cheng al verlo irse, el demonio no parecía tener intenciones de detenerlo en lo absoluto. —No hagas nada imprudente, ya tenemos mucho que hacer para que pongas más trabajo sobre la mesa.

WuXian le sonrió de lado mientras le guiñaba un ojo. —No te preocupes, Lan Zhan me cuida.

Hua suspiró bajo, Xie Lian, quien era el más cercano al alfa intentó tranquilizarlo. —WangJi lo mantendrá a raya.

Detrás de ellos se escuchó un bufido bañado en un tinte de burla. —Espero que el segundo Lan esté preparado, porque no aceptamos devoluciones—murmuró He Xuan no muy lejos del resto.

—¡Te escuché!—gritó Wei WuXian antes de subirse al auto con total indignación.

He Xuan sólo hizo una mueca. —¡Qué bueno!

—¡No finjas que no me vas a extrañar!

—¡Nadie te quiere!

—¡A ti nadie te quiere!

El intercambio de palabras fue breve e infantil, aunque nadie se atrevió a detenerlos. Después de todo no había mucho que hacer cuando WuXian se proponía molestar a alguien, en especial si ese alguien era He Xuan y su poca paciencia.

Wen Qing ya no pudo seguir presenciado tanta ridiculez junta, por lo que empezó a caminar directo al auto negro. —Vámonos, aún tengo que revisar a A-Ning—con una mirada severa amenazó a Hua Cheng. —Y tú tienes que descansar, no eres inmortal.

He Xuan le siguió por detrás a la alfa, aunque miró de reojo a QingXuan, el omega sintió un nudo en la garganta al no poder decir algo, pero se sintió extrañamente feliz cuando el alfa hizo un rápido gesto como si se despidiera de él.

En su lugar, Shi QingXuan no fue para nada discreto, pues sonrió con alegría y agitó su mano de forma enérgica. Una vez que el menor terminó de despedirse notó que los únicos que seguían ahí de pie eran Xie Lian y Hua Cheng.

C O N E X I Ó N | Omegaverse & Crossover MXTX Where stories live. Discover now