Capítulo 1. Dragón blanco.

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El cielo de un nuevo amanecer portaba nubes grises, acompañadas de un aire frío, típico de la temporada, en algunas calles la tensión era palpable, todos aquellos que habían escuchado sobre el reciente ataque parecían estar en espera de un nuevo movimiento. Para la mayoría de ciudadanos solo era otro día repleto de monotonía, pero la verdad es que una batalla estaba por comenzar.

En una mansión de gran tamaño con ventanales gigantes que permitían El Paso de la luz abundaba la tranquilidad. Sólo en una habitación se podía captar el enojo y la frustración, el aroma cedro era fuerte, casi asfixiante, advirtiendo a quien fuera que se mantuviera alejado.

Un furioso alfa estaba detrás de su escritorio, el entrecejo fruncido y fuerte aroma demostraba su mal humor, además de que apretaba con fuerza los dientes y sus manos estaban hechas puño, la vista no se apartaba de la pantalla que mostraba la noticia mañanera de ese día.

"Casino Corte Celestial en llamas" "Se pierde valioso lugar" "No hay rastros del culpable" "El famoso alfa empresario Jun Wu no ha hecho declaración de lo sucedido"

No importaba el canal, la noticia era la misma y eso sólo ponía en peor estado a Jun Wu. Aún recordaba cómo llegó a la escena y todo estaba en llamas. Si tan sólo tuviera enfrente al responsable le haría suplicar por piedad. Después de que el fuego se extinguiera había entrado para inspeccionar el lugar; en la puerta que daban al interior estaba escrita la palabra Sorpresa, apenas era legible por lo mala «por no decir horrenda» que era la caligrafía, sin contar que el hollín hacía más difícil su visibilidad. Sin duda se estaban burlando de él.

Ya era suficiente, esto tenía que acabar.

—¡Ling Wen!—llamó a su asistente personal.

Una mujer beta de buena apariencia y mirada seria entró enseguida a la habitación. Su vestimenta formal y tableta en mano le daban la apariencia de una alfa ejecutiva, sólo por el inexistente aroma se sabía de su verdadera naturaleza. —Aquí estoy señor.

—Quiero a los culpables de rodillas y suplicando piedad—la voz del alfa era firme.

—Hacemos lo que podemos, pero realmente es como si se los hubiera tragado la tierra, no hay rastro de nada.

—Esos imbéciles se atrevieron a inmiscuirse en mis negocios—La poca información que consiguió en realidad no revelaba nada, debía ir más a fondo si quería respuestas. Parecía que por más que buscara no lograba encontrar algo, siempre era lo mismo. Incluso ya había mandado detectives para búsqueda de información. Lo normal era conseguir rastros en unas cuantas horas pero seguía con las manos vacías—¿Ya te aseguraste que los americanos no estén involucrados? No quiero a ningún extranjero metido en esto. Ellos son míos—Jun Wu era el líder en los distritos del norte y sur por lo que si alguien externo se entera de sus problemas podría utilizarlo en su contra.

—Señor Jun Wu le aseguro que no se inmiscuirá ninguna organización ajena.

Cada vez había más intriga por las personas que habían hecho tanto alboroto. No era la primera vez que alguien le causaban problemas, pero nunca fueron asuntos serios. Y es que sólo un tonto se metería con Dragón Blanco. Aún se preguntaba cómo habían logrado destruir uno de sus casinos, era imposible que pudieran entrar a uno de los lugares con mejor vigilancia en el país, causar terribles daños y marcharse como si nada.

—¿El canciller?—cuestionó el alfa.

La beta se miró un tanto incómoda—Continúa desapareciendo, creemos que lo eliminaron.

—¿El disco duro?—los ojos del alfa observaron como la mujer negaba con la cabeza dando a entender que tampoco lo habían encontrado. Eso molestaba más a Jun Wu.

C O N E X I Ó N | Omegaverse & Crossover MXTX Where stories live. Discover now