Capítulo 47. Dragón Blanco.

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Todo estaba en aparente silencio dentro de la amplia casa, faltaba poco para el amanecer, en cuanto los primeros rayos salieran sería el indicativo de su hora de partida, había un viaje muy importante que hacer a Vietnam.

La ausencia de sonido llegó a su fin cuando una de las puertas se abrió. Era perteneciente a la recámara de He Xuan.

Shi QingXuan salió con pasos ligeros cuidando de no ser descubierto, como si se tratara de un pequeño ratón se escabulló entre los pasillos para llegar a la cocina. Colocó sobre la barra un frasco con píldoras mientras daba la vuelta para conseguir un vaso. Cantando en voz baja una canción pegajosa y bastante rítmica se sirvió agua, se vio sorprendido al momento de girar y encontrar a He Xuan recargado en la barra con el frasco en mano.

No le había escuchado llegar, seguramente despertó en cuanto salió de la cama y lo había seguido en silencio. El omega no estaba realmente intentando esconder algo, pero el sentimiento extraño de ocultar sus actividades matutinas le pareció adecuado ya que no pensaba dar explicaciones. Sin embargo, era tarde, y ahora He Xuan le miraba alzando una ceja mientras le pasaba el frasco.

QingXuan lo tomó con las mejillas hirviendo. —No es lo que estás pensando.

—Ilumíname —dijo He Xuan pacientemente ladeando el rostro con intriga.

El menor sacó una píldora y la tragó rápido apenas dando un sorbo de agua. —Tomo anticonceptivos desde que tuve mi primer celo, es para controlar mis feromonas, a veces eran muy fuertes y mis celos incómodos, así los mantengo a raya.

Debía aclarar que no los tomaba para tener aún más sexo con He Xuan, tampoco es que fuera un adicto... y en ese momento no tenían tanto tiempo para empezar. Antes le daba totalmente igual el uso de ciertas hormonas para equilibrar las propias, pero en ese entonces su vida sexual era inexistente y ahora esas diminutas pastillas servirían para más de una cosa. Le avergonzaba parecer un pervertido que en realidad sonreía por dentro al poseer a alguien para conocer el mundo carnal. Era tan... gratificante.

He Xuan escuchó con atención toda su explicación, asintió con simpleza, igual no es que pudiera opinar mucho, no era su cuerpo.

—Ya veo —dijo el alfa, sólo una pregunta rondaba por su cabeza. —¿Tendrás que tomarlos por siempre?

—No, el doctor había dicho que quizás podría dejarlas cuando me enlazara —QingXuan se preguntó si He Xuan estaba en contra de su uso, después de todo la mayoría sabía que tampoco era demasiado saludable tener tratamientos tan largos de ese estilo. Muchas veces ocurrían accidentes, como una dependencia, aumento del desequilibrio o incluso infertilidad, pero Shi QingXuan siempre consumió medicamento de alta calidad y bien controlado. —La verdad nunca le encontré la ventaja al anticonceptivo más que regular mis feromonas.

—Es bueno que tengas una solución para sentirte mejor —respondió He Xuan recuperando un poco su semblante.

El omega miró qué ya faltaba poco para que el resto comenzara a revivir, por lo que optó por poner agua para café y buscar algo sencillo para comer. Mientras miraba todas sus opciones decidió hacer un par de preguntas que siempre se metían en su cabeza.

—¿Cómo es el celo de los alfas? —a pesar de la pregunta su voz sonaba muy inocente—. Los hermanos Lan solían encerrarse antes de que iniciara su celo y cuando salían estaban como si nada, así que nunca noté algo significativo.

Jamás tuvo el valor de hacerle esa pregunta a los Lan, su cara no era tan gruesa para ello, además de que Lan WangJi posiblemente no se lo diría y XiChen le daría la vuelta. Pero ahora se sentía en confianza con He Xuan para que este pudiera platicarle de aquello.

C O N E X I Ó N | Omegaverse & Crossover MXTX Where stories live. Discover now