Capítulo 37. Dragón Blanco.

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Shi QingXuan sentía un temor emergente que sólo se avivó más después de las palabras de Hua Cheng. La noticia de que He Xuan estaba empeorando la había sentido como un golpe en la boca del estómago. La parte racional decía que no debía preocuparse tanto por ese alfa, pero su omega interno no hacía otra cosa más que expresar angustia.

Todos en el lugar tenían posturas tensas y rostros ensombrecidos. Sentirse acorralados no era para nada agradable, en especial cuando eran las dos organizaciones más fuertes las que tenían la soga al cuello.

—WuXian—Jiang WanYin le miró fijamente. —¿Cómo sabes que fue él?

Todos dirigieron su atención a Wei WuXian, pues este hace poco había prácticamente asegurado que el culpable no era otro que Xue Yang.

—Oí su maldita voz al otro lado de la línea—aseveró con una mirada llena de furia, el omega apretó la mandíbula al recordar ese momento, al principio creyó haber escuchado mal, pero mientras más lo pensaba, más seguro estaba. —¡Ese hijo de puta mató a Mo XuanYu y se llevó a Lan Zhan!

—De seguro también apuñaló a He Xuan—murmuró Hua Cheng. —Wen Qing dijo que el veneno en su sangre no es común, sólo alguien como Xue Yang podría encontrar algo tan poco usual como eso.

Desde que Shi QingXuan se enteró de todo lo que estaba pasando sentía un temor casi palpable. Lan WangJi, a quien consideraba como un hermano había desaparecido, y He Xuan... ese alfa estaba al borde de la muerte.

—¿Se salvará?—preguntó con voz temblorosa QingXuan. El omega quería creer con todo su ser que el alfa lucharía y no moriría. Intentado elevar más su voz volvió a preguntar. —¿He Xuan se salvará?

Hua Cheng suspiró, lucía cansado, tal vez su cuerpo aún estaba demasiado resentido por todo, sumado con el estrés sólo empeoraba. —Necesitamos un antídoto, pero no es tan fácil, Wen Qing tiene que fabricarlo.

Shi QingXuan no sabía mucho de venenos o cualquier cosa con referencia al área médica, pero había escuchado de las habilidades de Wen Qing. —¿Podrá hacerlo?

—Claro que puede—dijo Hua Cheng como si ese no fuera el verdadero problema. —Lo que me preocupa es el tiempo con el que cuenta.

Casi como si una luz iluminara a QingXuan, el omega miró esperanzado a Lan XiChen, había recordado algo que podía ser bastante útil,

—BanYue—dijo al alfa en un murmuro. Lan XiChen comprendió enseguida y asintió. QingXuan no demoró ni un segundo más en levantar su voz. —Nosotros conocemos a alguien experta en venenos, quizás podría ser de ayuda.

BanYue era conocida por manejar infinidad de venenos, y si alguien conocía todos esos componentes como la palma de su mano era ella. La chica se volvió prácticamente una especie de prodigio, ya que era muy joven aún, pero muchos la contrataban para sus servicios, uno de esos era Jun Wu, quien la conoció gracias a Xie Lian. El omega la recomendó después de rescatarla hace dos años en un altercado de una organización que la explotaba para la elaboración de fuertes sedantes y diversas toxinas.

Después de eso la chica se vio refugiada bajo la protección de Xie Lian, quien intentó conseguirle una vida lo más tranquila posible, aunque eso no se pudo cumplir del todo. Ya que una vez dentro del bajo mundo era muy complicado salir.

—Cualquier ayuda es bien recibida—expresó Hua Cheng, mostrándose dispuesto a confiar en el apoyo brindado por QingXuan y XiChen.

—Deberemos ir hasta donde se encuentra He Xuan—dijo XiChen algo inseguro, pues no sabía si los demonios estarían dispuestos a revelar la ubicación de su compañero malherido, en especial si este se encontraba en su escondite. Lugar que ellos buscaron por mucho tiempo sin éxito.

C O N E X I Ó N | Omegaverse & Crossover MXTX Where stories live. Discover now