❝Miedo irracional a ser feliz por temor a que a continuación pase algo malo o negativo.❞
Alexandra White sabe que no puede ser feliz. No sólo por las situaciones que vive día a día, sino también por miedo.
Ella piensa que ser feliz es algo negativo...
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Los Merodeadores y Alexandra bajaron del Expreso de Hogwarts.
La pelirroja no había viajado en el mismo compartimiento que los chicos, ya que Sirius aún estaba enojado con ella.
Ella se había disculpado muchas veces, pero el pelinegro no daba el brazo a torcer. Ya se había cansado de insistirle, por lo que dejó de hablar con él.
Alex se despidió de Lily, Marlene y Dorcas y comenzó a caminar hacia donde su abuela se encontraba.
–Cariño.
–Abuela.
Las dos mujeres se abrazaron y Martha besó la frente de la chica con cariño. Se separaron y la señora tomó a la chica de las mejillas para mirarla.
–¿Y tus amigos? Quiero saludarlos.
–Eh, yo no..
–¡Alex!
La nombrada miró hacia su derecha y se encontró con Euphemia, la mujer se acercó y la abrazó con fuerza. Alex sonrió ante el gesto y se separó luego de un rato.
–¿Cómo estás?
–Bien, señora. –la chica elevó una ceja y Alex hizo una mueca. –Euphemia. –corrigió haciendo que sonría.
Detrás de la mujer se encontraban James y Sirius, esperando que Euphemia termine de saludar y hablar con Martha.
Los chicos se acercaron luego de unos minutos y se cruzaron de brazos, sin saber qué decir o hacer. Las dos mujeres comenzaron a hablar mientras el trío se encontraba en un silencio un tanto incómodo.
–¿Te parece bien, Alex?
La nombrada miró a su abuela e hizo una mueca mientras tocaba su cuello nerviosa.
–Lo siento. ¿Sobre qué?
–Estábamos pensando en que tú y tu abuela vengan la noche anterior al veinticuatro para que no tengan que lidiar con el tráfico de ese día. De paso, estuvimos organizando y ambas podemos comenzar a preparar la comida temprano.
Alex por instinto miró a James y Sirius, y luego de eso miró a su abuela, la cuál sonreía.
La chica había olvidado por completo que las mujeres querían pasar las fiestas de fin de año juntas.
–Claro. –dijo sonriendo forzadamente.
Las mujeres celebraron y Alex suspiró mientras comenzaba a morder sus uñas nerviosa.
–Bien, debemos irnos. –comentó Martha.
La chica asintió y tomó su valija para comenzar a caminar, pero su abuela la miró con un gesto interrogante.
–¿No se saludaran?
Los tres chicos se miraron y suspiraron al mismo tiempo. Los tres reprimieron una risa ante la coincidencia.
