𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟰𝟴

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El mes de junio había llegado, los exámenes ya habían concluido y por suerte para todos, creían que les había ido bien

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El mes de junio había llegado, los exámenes ya habían concluido y por suerte para todos, creían que les había ido bien.

Durante esas cuatro semanas, estudiaron a más no poder. Estuvieron estresados, casi sin dormir y comiendo mal. Pero había valido la pena.

Ahora estaban libres de estudio hasta volver a sus casas, donde tendrían sus merecidas vacaciones.

Alexandra continuaba ayudando a Sam, el chico había logrado acercarse un poco a Valerie, pero aún faltaba un poco.

James seguía con esa sensación de incomodidad al ver a la pelirroja junto al chico, pero no decía nada.

El azabache sólo quería protegerla.

Los Merodeadores y Alexandra se encontraban parados fuera del Aula de Pociones, esperando que Slughorn haga presencia.

El grupo de insoportables de Slytherin había llegado, y con ello, algunas burlas dirigidas a Remus y Alexandra.

Desde aquel día donde discutieron, lo tomaron como su pasatiempo favorito.

–La Sangre Sucia, el marica uno y el marica dos.

El grupo rodó los ojos y James amagó con acercarse a ellos, pero Alexandra lo tomó del brazo.

–Están buscando que reaccionemos, déjalos.

–Solo un golpe. Uno.

–No, James. Tendrás problemas.

El chico hizo una mueca triste pero asintió.

Sirius pasó su brazo sobre los hombros de Remus y esto logró que un ruido de asco provenga del grupo de serpientes.

–¿No pueden dejar eso para otro momento? –preguntó Malfoy.

–Malfoy, yo te veo haciendo lo mismo con Narcissa en los pasillos. –dijo Alexandra. –No los veo quejándose por eso.

–¿No que no había que reaccionar? –le preguntó James a Alexandra por lo bajo.

–Lo mío con Narcissa es algo normal.

–Y eso que hacen repugna. –comentó Snape señalando a la pareja.

Sirius rió burlón y lo miró mientras sonreía ampliamente.

–Oh. ¿Te repugna, Quejicus? Sería una lástima que haga esto.

Sirius tomó de las mejillas a Remus y unió sus labios en un beso apasionado, mientras el castaño lo tomaba por la cintura.

–Oh, Merlin. –dijo Mulciber mirando hacia otro lado.

El grupo rió ante la reacción de las serpientes. Sirius se separó de Remus y le guiñó un ojo, haciendo que el castaño se sonroje.

–¿Era necesario?

QUEROFOBIA; James Potter Where stories live. Discover now