❝Miedo irracional a ser feliz por temor a que a continuación pase algo malo o negativo.❞
Alexandra White sabe que no puede ser feliz. No sólo por las situaciones que vive día a día, sino también por miedo.
Ella piensa que ser feliz es algo negativo...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Alexandra se encontraba en las gradas del Campo de Quidditch.
James había insistido en que Alexandra lo acompañe a su práctica, la chica se había negado. Pero cuando James se lo pidió por décima vez, tuvo que aceptar.
Alexandra se encontraba sentada mientras comía una rana de chocolate, el azabache se encontraba dando las indicaciones al resto de los jugadores antes de comenzar.
James quería hacer todo perfecto, y quería que Alexandra lo notara. El azabache no sabía por qué tenía tal necesidad de ser visto por ella, pero lo quería.
–Alex.
La pelirroja levantó su vista encontrándose a Remus, el chico vestía un abrigo color marrón y un jean que contenía unos parches en la zona de sus rodillas.
–Remus. ¿Todo bien?
Remus asintió con su cabeza mientras se sentaba a su lado.
–¿Qué sucede?
–Sirius.
Alexandra apretó sus labios evitando reír y asintió.
–¿Qué hizo ahora?
Remus suspiró frustrado y se refregó el rostro con furia, sus orejas se volvieron rojas y la chica notó que estaba enfadado.
Alexandra buscó en su mochila una rana de chocolate, al encontrarla se la tendió a Remus. El chico sonrió ampliamente y sus ojos brillaron.
–Gracias. –dijo tomando el chocolate y sonriendole.
–Te lo debía.
Remus río y le dió un mordisco al dulce, al instante se sintió mejor. Pero el enojo seguía allí.
–Sirius me dijo que me ama.
Alexandra se ahogó con su saliva y comenzó a toser con fuerza. James escuchó el ruido desde la cancha, por lo que giró confundido.
Remus levantó un pulgar en señal de que estaba todo en órden y James sonrió.
–¡No la mates, Lunático!
James se giró y continuó dando órdenes.
–¿Mejor? –preguntó el castaño, Alexandra asintió aliviada. –Bien. La próxima intentaré no lanzar la bomba de golpe.
Ambos rieron levemente.
–¿Qué tiene de malo que te haya dicho eso? Creí que él te gustaba.
Remus se giró de golpe haciendo que su cuello truene, por lo que Alexandra reprimió una risa.
–Bien. La próxima vez que tengamos una conversación de este tipo intentemos no morir en el intento. –dijo Remus frotando su cuello. –No me gusta Sirius.
