𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟯𝟳

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Varios días habían pasado

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Varios días habían pasado. Cuatro para ser exactos.

Alexandra se había alejado por completo de Los Merodeadores. Todo había vuelto a ser como antes.

La palidez, las ojeras, los labios lastimados y secos. Era como volver unas semanas atrás.

James intentó hablar con Alexandra, pero siempre lo ignoraba y huía de él.

Era Jueves por la noche, y James ya no aguantaba más.

Sirius y Peter estaban terminado un trabajo que debían haber entregado dos días atrás. Remus estaba en la habitación leyendo.

James subió a la habitación de Los Merodeadores y entró. Se apoyó contra la puerta y mordió su labio alterado.

-Por favor, intenta no hacer ruido. -dijo Remus concentrado y sin levantar la vista.

James sintió que su estómago dolía y comenzó a mover su pierna de forma frenética, subiendo y bajandola repetitivamente.

-Remus.

Remus levantó la cabeza y al ver al azabache en ese estado frunció el ceño confundido. Se sentó en la cama e iba a preguntar que le sucedía, pero un sollozo de James lo interrumpió.

El licantropo se levantó y rápidamente se acercó al chico, lo tomó por los hombros y lo condujo a la cama. Remus se sentó a su lado.

James escondió su rostro en sus manos y apoyó sus codos sobre sus rodillas. No dejaba de llorar, y Remus no sabía qué hacer.

El castaño acarició la espalda de chico, esperando que se calme y por fin hable.

-Fue mi culpa.

-¿Qué fue tu culpa?

James sorbió su nariz y limpió sus ojos con sus mangas. Su rostro estaba rojo, al igual que sus ojos.

-El que Alexandra se alejara.

-James, tal vez necesita unos días sola y ..

-No. -interrumpió. -Le dije cosas horribles. Soy un idiota.

-¿Qué hiciste, James?

El azabache mordió su labio y miró al suelo. Se sentía un estúpido, y estaba avergonzado.

-Me enteré de algo. Algo sobre ella. -aclaró. -Mas bien, Danielle me lo contó, le fui a preguntar si era cierto y lo negó.

-James, si no me dices o explicas bien no entiendo. -dijo Remus confundido.

James suspiró y negó con su cabeza mientras jugaba con sus manos.

-No puedo decirte.

-Es sobre la autolesión. ¿Verdad?

El chico giró su cabeza y lo miró con el ceño fruncido. Remus tocaba su cabello nerviosamente y le dió media sonrisa.

-¿Lo sabías?

QUEROFOBIA; James Potter Where stories live. Discover now